El punto álgido de la autoestima de una mujer llega a partir de los 60, tal y como demuestran varios estudios. Es en ese momento cuando la experiencia que otorgan los años vividos hace que todo se vea desde otra perspectiva. Asimismo, se tiende a dar a las cosas la importancia que tienen y a reordenar prioridades. Sin embargo, este momento vital tan positivo a veces se ve empañado por algunos cambios corporales y emocionales causados por la menopausia.
Uno de los que más afecta al día a día de las mujeres es la incontinencia urinaria. Esta dificultad, aunque incómoda, puede afrontarse de manera más positiva conociendo sus causas y con la ayuda de Indasec® Toallitas, marca experta en este tema y que trata de ofrecer información de calidad a las mujeres maduras, de la mano de los mejores profesionales.
La clave para hacer frente a la incontinencia es el suelo pélvico, el gran desconocido. Se trata de un conjunto de músculos y ligamentos que rodean la cavidad abdominal en su parte inferior. Su principal función es sostener el útero, la vejiga, los intestinos y otros órganos en su correcta posición, adaptándose a nuestros movimientos. Sin embargo, al tratarse de un músculo, con el paso del tiempo y la falta de ejercicio puede debilitarse y producir efectos indeseados. Pese a ello, manteniendo una vida activa, conociéndolo en profundidad y entrenando para mantenerlo en buena forma se pueden evitar estas pequeñas disfunciones y disfrutar de la vida plenamente y de la alegría de cumplir años.
Los consejos de Belén: fisioterapia contra la incontinencia
La fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y cofundadora del Centro Babybe, Belén Martínez Monasterio, da ocho recomendaciones para afrontar en este tema tan relevante para la mujer:
1- Mejorar la respiración. Una buena postura que permita funcionar correctamente al diafragma, así como evitar apneas y respiraciones agitadas, puede tener un efecto muy beneficioso en el suelo pélvico.
2- Evitar las actividades hiperpresivas rutinarias. En muchas ocasiones, sin ser conscientes de ello, utilizamos los abdominales para incorporarnos y darnos impulso, lo que aumenta la presión en esta zona. Lo ideal sería levantarse de lado.
3- Prestar atención a los deportes de alto impacto. Ejercicios como correr, saltar o coger mucho peso, si se practican con frecuencia, hay que tratar de contrarrestarlos con gimnasia abdominal hipopresiva.
4- El peligro del estreñimiento. La unión del empuje y las apneas que se realizan al padecer estreñimiento puede desembocar en un debilitamiento de su suelo pélvico. Es muy útil subir los pies a un banquito e inclinarnos hacia delante, para relajar el músculo y favorecer la expulsión. También hay que tratar de meter el abdomen hacia dentro en vez de hacer lo contrario.
5- Priorizar una correcta alimentación e hidratación. Es importante evitar alimentos que contengan cafeína, teína, irritantes (alcohol o condimentos) o comida picante. Del mismo modo, es fundamental beber agua, porque, al tratarse de un músculo, deshidratado no trabaja de la misma manera. Eso sí, es mejor ir disminuyendo el consumo de agua durante el transcurso del día, sobre todo llegada la noche.
6- Consultar a un profesional antes de utilizar conos vaginales o bolas chinas. En ocasiones cuando se busca información sobre tonificar el suelo pélvico se hace referencia a la utilización de herramientas, pero no es aconsejable usarlas sin contar con una valoración profesional. Esto se debe a que no todos los suelos pélvicos pueden realizar esta clase de ejercicios y, de hecho, pueden llegar a ser contraproducentes.
7- Atención al usar tacones. Hay que tener en cuenta que al caminar con tacones el centro de gravedad se inclina hacia delante y esto provoca un desgaste de la musculatura.
8- No se recomienda usar pantalones muy ajustados o cinturones. Con este tipo de prendas se ejerce presión a nivel abdominal, que hace que se debilite la musculatura.
Tan importante es cuidar nuestro suelo pélvico, como cuidar nuestra mente. Muchas veces lo peor está en nuestra cabeza.
Los consejos de Silvia: cuidar la mente contra la incontinencia
La psicóloga Silvia Congost, escritora y experta en autoestima y dependencia emocional, explica cómo abordar el paso del tiempo y sus múltiples cambios con ilusión y optimismo:
1- Informarnos lo máximo posible. Comprender lo que sucede, así como sus causas y las posibles soluciones, genera tranquilidad.
2- Afrontar el problema de cara. No hay que evitar aquellas situaciones cotidianas que impliquen un esfuerzo mayor o a las que se tenga miedo por las temidas pérdidas de orina. Hay que seguir quedando con las amigas, haciendo viajes y teniendo relaciones íntimas.
3- Hablar de tus preocupaciones con personas de confianza. La sinceridad y el mostrar tu vulnerabilidad ayuda a estrechar vínculos y es muy liberador. Además, es importante ser consciente de que no estás sola y de que hay más gente con el mismo problema.
4- Acudir a un profesional. Si la incontinencia termina por condicionar la vida, es importante acudir a un profesional. Por un lado, es necesario consultar con un psicólogo, nos ayude a enfrentarnos al problema a nivel mental, y, por otro, no hay que dudar en recurrir a un especialista de suelo pélvico, ya que tiene las herramientas para ponerle freno.
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