Sonia Fornieles Directora de mujer.es
OPINIÓN

Mayo o esa persona que te gusta pero a veces no

por fin llega mayo
Por fin llega mayo
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por fin llega mayo

Mayo es un camino verde, que en mi cabeza es fresco pese a los más de 30 grados que se avecinan. Mayo es aperitivo, es tardeo, son las ventanas abiertas a las siete de la mañana mientras desayuno antes de meterme en la ducha. Es quedar a cenar de día y volver bien de noche a casa. 

Es ver a mis amigas de siempre si los astros se juntan y puedo bajar a Almería por mi cumpleaños. Mayo son partidos de tenis por la tele, es el final de la liga de futbol, y son los pies al aire

Mayo eran las notas de los últimos parciales en la facultad y las mañanas en el césped de la Complutense cuando se ‘traspapelaba’ alguna clase. Mayo son fiestas de primavera en la universidad, las cruces en Granada, los patios en Córdoba. Mayo son flores, es hierba, son terrazas, es río, campo y playa.

Mayo es comer frío (y tarde) y también es pensar en una escapada a Galicia. Mayo son viajes cómodos en moto, sin escalofríos, es llegar pronto a los sitios, es aparcar en la puerta. Mayo también es Eurovisión y la gala con mis amigos, y el dresscode y las votaciones y vivir el concurso como si participara personalmente en él (en mi cabeza, la misma que la del camino fresco, lo hago). Mayo son dos puentes si vives en Madrid, son chulapos y chulapas.

Pero mayo también son elecciones, son protocolos, es campaña, es ese polen que te entra en la garganta, en los ojos y en la nariz y te hace la vida algo más costosa. Mayo son prisas, es fin de curso, es cierre de stock, es inventario, es pensar en los exámenes finales o con suerte en la repesca. Mayo es la tristeza de los que bajan a segunda división, de los que pierden ligas, escolares y federadas, mayo son ofrendas y golpes en el pecho rezando a una virgen.

Mayo es un mes precioso, mi favorito, pero tiene sus cosas.

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