Lucía González Cortijo, oncóloga: "La inteligencia artificial ofrecerá posibilidades de diagnóstico increíbles frente al cáncer de mama"

  • Oncóloga especializada en Mama y Ginecología oncológica, esta doctora analiza las múltiples realidades del cáncer más común entre mujeres.
Lucía González Cortijo, oncóloga especializada en Mama.
Lucía González Cortijo, oncóloga especializada en mama.
Quirónsalud
Lucía González Cortijo, oncóloga especializada en Mama.

El cáncer de mama es el más diagnosticado en mujeres a nivel mundial, y la lucha por curarlo y cronificarlo avanza día a día. Lucía González Cortijo, oncóloga especializada en Mama y Ginecología Oncológica del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, arroja luz sobre algunos hechos, creencias y realidades en el perfil de las pacientes actuales y los tratamientos disponibles.

En cuanto a la enfermedad, es clara: aunque la tasa de supervivencia es alta, puede mejorar todavía más afinando las técnicas de cribado y animando a que, desde atención primaria, se dé importancia a las consultas relacionadas con anomalías en el pecho. Además, subraya el papel de los oncólogos, que luchan día a día para que todos los fármacos aprobados por las agencias europeas estén disponibles, sin esperas, para las pacientes tratadas en España.

Pregunta: ¿Cuál es la fotografía actual de una paciente con cáncer de mama?

Respuesta: La fotografía actual de una paciente con cáncer de mama es la de una mujer más joven que en las décadas previas, con un diagnóstico de cáncer de mama precoz y que, después de un tratamiento determinado (cirugía y/o quimioterapia y/o tratamiento dirigido, ya sea terapia anti-HER2, inmunoterapia o tratamiento hormonal), se cura de su enfermedad.

P.: ¿Qué tipos de cáncer de mama tienen mayor prevalencia?

R.: El tipo de cáncer de mama más prevalente en la actualidad es el cáncer de mama hormonodependiente, es decir, en el que las células tumorales mantienen la expresión de receptores de hormonas de la mama sana. Esto implica, por un lado, unas células menos indiferenciadas y agresivas, y por otro, la posibilidad de una terapia hormonal, muy eficaz en estos tumores.

La paciente actual es una mujer más joven, con diagnóstico precoz y que, tras su tratamiento, se cura

P.: ¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

R.: Los principales factores de riesgo son la historia familiar (especialmente las familias con mutaciones asociadas a cáncer de mama familiar) y los hábitos reproductivos actuales, que conllevan que las mujeres tengan menos hijos y los tengan más tarde.

P.: ¿Existen formas de prevenir este riesgo?

R.: La forma de prevenir el primero sería hacer buen seguimiento a las mujeres con riesgo y ofrecer cirugías profilácticas a las que sean portadoras de mutaciones patogénicas. El segundo factor es más difícil de prevenir, y está ligado a la forma de vida de las mujeres en el mundo actual, en el que por motivos profesionales o de otro tipo rechazan o retrasan la maternidad (el embarazo y la lactancia protegen la mama).

P.: A pesar de la información disponible, existen muchas dudas en torno a esta enfermedad. ¿Qué ve necesario aclarar?

R.: Sobre todo, que tener un cáncer de mama no implica que una mujer tenga que parar su vida. Nosotros intentamos que nuestros tratamientos sean compatibles con una vida razonablemente normal para que, una vez finalizado, no cueste tanto incorporarse a la rutina familiar y sobre todo laboral.

P.: ¿Existe alguna excepción?

R.: En el caso de pacientes con cáncer de mama diseminado la situación es diferente, y tratamos de personalizar al máximo los tratamientos para priorizar no solo su efectividad, sino la calidad de vida.

P.: Todavía se presupone que un cáncer de mama lleva a la mastectomía, ¿cuál es la realidad?

R.: Que no es así. De hecho, la mayoría de las pacientes se tratan con cirugía conservadora y radioterapia.

P.: ¿En qué casos es necesaria?

R.: La mastectomía la reservamos para pacientes con tumores grandes o con varios focos en diferentes cuadrantes de la mama; o bien para las que tienen mucho riesgo de un segundo tumor.

P.: En la actualidad, la tasa de supervivencia se sitúa, aproximadamente, en un 85% o 90%, ¿qué acciones se deberían emprender para que esta cifra sea todavía mayor?

R.: La tasa de supervivencia es altísima, pero probablemente en los próximos años consigamos incluso mejorarla con técnicas de cribado más sensibles. Por otra parte, como oncóloga, me gustaría que otros profesionales de la Medicina pensaran en un cáncer de mama cuando las pacientes consultan repetidamente por alguna alteración de la mama a la que no se da importancia. En algunas ocasiones, esto conlleva retrasos en el diagnóstico.

Me gustaría que otros profesionales médicos pensaran en un cáncer de mama cuando las pacientes consultan por alteraciones

P.: ¿Qué avances se han planteado en el ámbito de tratamientos en los últimos años para frenar la enfermedad?

R.: Muchos, desde luego. Especialmente en los tumores HER2 y los triples negativos, en los que en estos dos últimos años hemos asistido al desarrollo de fármacos absolutamente increíbles para su tratamiento.

P.: ¿Cuáles están disponibles en España?

R.: En España tenemos disponibilidad de todos estos tratamientos, aunque los oncólogos estamos luchando mucho para que, una vez estos fármacos sean aprobados por las agencias, se agilicen los trámites para que puedan estar disponibles para nuestras pacientes lo antes posible.

P.: ¿Qué avances se han presentado últimamente en el ámbito diagnóstico?

R.: Pues estamos siendo testigos también del desarrollo de nuevas técnicas para el diagnóstico como la tomosíntesis, la ecografía en 3D o la resonancia magnética de mama con secuencias específicas. Todo ello en un contexto en el que la inteligencia artificial va a ofrecer posibilidades diagnósticas y de tratamiento absolutamente increíbles.

P.: Cuando la enfermedad es avanzada y es incurable, se habla de cronificarla. ¿Qué pasos se han dado en ese sentido?

R.: El cáncer de mama diseminado lo consideramos una enfermedad crónica, en ocasiones porque la propia biología de la enfermedad permite supervivencias largas (por descontado también por los tratamientos administrados) o bien porque, a pesar de tratarse de tumores más agresivos, disponemos de tratamientos muy potentes y efectivos que suponen que la enfermedad esté controlada durante mucho tiempo. Además, intentamos controlar que los tratamientos no sean muy tóxicos y que permitan a las pacientes tener una buena calidad de vida.

P.: Usted preside una asociación para pacientes, Fundación La Vida en Rosa, ¿en qué ámbito trabajan?

R.: La Fundación la Vida en Rosa nació hace cinco años para mejorar la calidad de vida de las pacientes con cáncer. Les ofrecemos actividades deportivas y culturales que les ayudan a compartir su experiencia con otras pacientes y a disfrutar de vivencias a las que de otra manera no podrían acceder. Además, ofrecemos soporte a mujeres con cáncer en Camerún y en Burkina-Faso.

P.:¿Qué necesidades, más allá de las médicas, deberían tenerse en cuenta en las pacientes?

R.: Creo que todos, los médicos y la sociedad, debemos hacer más fácil que nuestras pacientes convivan con su enfermedad, que puedan hacer una vida lo más normal posible. Darles facilidades desde las empresas para que puedan seguir trabajando, y facilitar también su gestión del ámbito familiar, para que puedan seguir con su vida.

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