Heteropesimismo: qué es, qué lo causa y cómo superarlo

No encontrar al hombre adecuado, ir de una relación a otra sin un plan de futuro, poner a los hombres en la diana de los desengaños amorosos... Estas y otras ideas merodean alrededor del concepto 'heteropesimismo', algo que ya nos contaron hace 25 años Carrie Bradshaw y sus amigas pero que hasta ahora no tenía nombre.
Mr. Big habría muerto al principio de 'Sexo en Nueva York 3'
Las conversaciones sobre hombres que Carrie Bradshaw a menudo mantenía con sus amigas en Sexo en Nueva York ya daban una pista bastante acertada de lo que se venía en cuanto a relaciones interpersonales
Mr. Big habría muerto al principio de 'Sexo en Nueva York 3'

Las mujeres en España cada vez más sienten este fatalismo afectivo que se ha venido en denominar 'heteropesimismo'. Veamos de qué se trata.

Las conversaciones sobre hombres que Carrie Bradshaw a menudo mantenía con sus amigas en Sexo en Nueva York ya daban una pista bastante acertada de lo que se venía en cuanto a relaciones interpersonales. Aquí un ejemplo: "Escuchadme, el hombre perfecto es solo una ilusión. Empezad a vivir vuestras vidas". No hay que darle muchas vueltas para ver en esta frase un claro ejemplo de heteropesimismo, aunque cuando Samantha Jones la pronunció aún no se había acuñado el término.

Eso fue algo más tarde, en 2019, lo hizo la columnista Asa Seresin, en un artículo en la revista The New Inquiry, y lo definió como "desafiliaciones performativas con la heterosexualidad expresadas normalmente en forma de arrepentimiento, vergüenza o desesperanza sobre la experiencia heterosexual. El heteropesimismo suele centrarse en los hombres como raíz del problema", pero eso no significa que quien lo manifieste tenga intención de convertirse en homosexual, sino que siente un enorme fatalismo o desengaño afectivo por las relaciones amorosas heterosexuales e incluso piensa que encontrar al hombre es imposible.

Y, aunque se trata de un sentimiento del que se lleva hablando varias décadas (la mítica serie de Bradshaw se estrenó hace más de 25 años), ha sido en los últimos años cuando se ha popularizado o normalizado, aún sin conocer el término. Y se ha exteriorizado en frases tan frecuentemente escuchadas como "todos los hombres son iguales. Ninguno vale la pena. Ojalá me gustaran las mujeres".

El heteropesimismo suele centrarse en los hombres como raíz del problema

Las razones para llegar a este sentimiento son varias pero, como afirma Gemma Lorente Martín, profesora del Grado en Ciencias Políticas y Gestión Pública de UNIR, el cambio llevado a cabo por la mujer desde finales del siglo XX figura entre las más importantes: "A día de hoy, las relaciones de pareja ya no son consideradas una obligación, sino que son una elección. Las elecciones, por tanto, están impregnadas de sentimientos positivos de éxito, pero también de sentimientos negativos de fracaso (aspecto que antes no podía entrar en la ecuación, cuando el matrimonio estaba visto como algo "para toda la vida"). Al entrar en juego la opción del fracaso en las relaciones de pareja tradicionales heterosexuales es cuando comienza a coger fuerza el heteropesimismo".

Está claro que el movimiento feminista ha tenido que ver en la pequeña revolución que ha desembocado en esta corriente. Lo declara Laura Arévalo Saiz, psicóloga en el Instituto Terapéutico de Análisis de la Conducta (ÍTACO) y experta en estudios de género: "Indudablemente, el feminismo, como movimiento político, social y teórico nos ha impulsado a conocernos a nosotras mismas, a investigar para identificar nuestros deseos y preferencias, y nos ha dado un empujón para que las busquemos en el mundo que nos rodea. Son las 'gafas moradas' con las que aprender a ponernos a nosotras en el centro: en lo laboral, en lo familiar, en lo económico, en la pareja… Tal vez no es que ahora seamos más exigentes en el momento de estar en pareja, sino que para las mujeres heterosexuales nuestros ‘mínimos’ durante siglos han sido inexistentes". Vamos, que el verbo exigir se conjuga en femenino desde hace apenas un siglo.

Malos hábitos instaurados

Es probable que, sencillamente, las mujeres hayamos realizado lo que Arévalo Saiz llama una revisión crítica de la heterosexualidad, para lo que se ha partido de examinar "la manera en la que nos relacionamos para poder transformarla. Aunque esta transformación es lenta y difícil de conseguir, y de ahí que aparezca este pesimismo". La psicóloga se refiere a "dinámicas injustas y desiguales que se han podido normalizar. Por ejemplo, relacionadas con los celos, como mirar el móvil de mi pareja o pedirle que no salga con sus amigos chicos. Son conductas muy normalizadas que pueden interpretarse como una forma de demostrar cuánto le importo".

En efecto, el amor romántico es una de las claves que han alimentado el heteropesimismo. Por eso, la psicóloga y feminista Sonia Lamas incide en la importancia de "quitar la máscara al amor romántico para permitir que las mujeres podamos amar en libertad, en cualquiera de las orientaciones sexuales. Hemos de trabajar para erradicar el amor romántico, ese amor que nos venden lleno de estereotipos y prejuicios. El único amor es desde el respeto". Y desde la realidad, puesto que, como dice la psicóloga de Ítaco el amor romántico se basa en mitos que son eso y no realidad.

Hemos de trabajar para erradicar el amor romántico, ese amor que nos venden lleno de estereotipos y prejuicios. El único amor es desde el respeto

¿Es entonces cierto que ahora es más difícil que nunca encontrar una buena pareja? "Estamos en una época en la que muchas variables están influyendo en la manera en la que podemos encontrar una pareja con la que estamos a gusto y mantenerla: los mitos del amor romántico, las aplicaciones de ligue, las redes sociales, la falta de educación en responsabilidad afectiva y sexual, la salud psicológica, las jornadas laborales…", afirma Laura Arévalo Saiz.

¿Apps de citas contra el amor verdadero?

Las aplicaciones de citas podrían tener algo que ver con este fatalismo afectivo porque "tienen una serie de características que pueden ir en contra de sentirnos bien a la hora de encontrar pareja: el gran número de personas ‘disponibles’, la cantidad de personas con las que se habla al mismo tiempo, las diferencias entre lo que busca cada persona (intereses sexuales, afectivos, sociales…), la facilidad a la hora de no tener una responsabilidad afectiva con la persona con la que estás hablando...", afirma Arévalo Saiz. Y aún hay más, en palabras de Lamas: "Las aplicaciones de citas tienen que ser espacios seguros para las mujeres y no lo son. Basta con mirar el informe que ha elaborado la Federación de Mujeres Jóvenes sobre la violencia que sufrimos en esos espacios de la red". Este informe refiere que el 57,9% de mujeres se sintieron presionadas para mantener relaciones sexuales en los encuentros presenciales tras hacer match en una de estas Apps.

Tal y como están las cosas, no parece que el futuro sea muy alentador. Aunque una de las claves para acabar con este pesimismo depende de nosotras mismas. Las expertas inciden en la importancia cuidarnos y priorizarnos. Laura Arévalo Saiz: "No estamos hablando de acabar con la heterosexualidad ni de rechazarla; sino de buscar nuevas formas de mirarla. Tal vez es dentro de estos grupos de autoconciencia, al igual que dentro de conversaciones entre amigos/as, parejas, familia… como vamos a encontrar otras formas de relacionarnos y buscando construir algo, entre todos/as, que nos haga sentir mejor y, tal vez, más optimistas".

¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento