Hay tantos ingredientes cosméticos que a veces nos preguntamos cuáles elegir. Los dermatólogos lo tienen claro: Aquellos que presentan evidencia científica demostrada. Hemos hablado con varios expertos y aquí está la lista de los imprescindibles:
Dióxido de titanio y óxido de zinc
Son partículas que ejercen de filtros físicos o minerales y actúan reflejando los rayos solares e impidiendo que entren en nuestra piel. El dióxido de titanio bloquea mejor los UVB y UVA y el óxido de zinc, los infrarrojos. Ambos son seguros y no irritan la piel.
Vitamina C
Su versión más potente y antioxidante es el ácido ascórbico. Además de proteger de la oxidación, el doctor Carlos Suárez, dermatólogo de la Clínica Sánchez del Río (Oviedo-Asturias), afirma que "ha demostrado su eficacia despigmentante y una acción reparadora del daño solar", lo que incide en una mejora notable de la luminosidad de la piel. El principal problema de la vitamina C es su instabilidad que hace que se oxide con facilidad "por eso resulta fundamental seleccionar el producto adecuado que penetre en la piel en su forma activa", recomienda el doctor.
Ácido ferúlico
Es de un antioxidante de origen vegetal que pertenece al grupo de los de los ácidos hidroxicinámicos. Tiene propiedades antiinflamatorias, despigmentantes y regeneradoras, y protege del estrés oxidativo. Además, proporciona estabilidad a la vitamina C, por eso es habitual verlos juntos en las fórmulas.
Vitamina E
Actúa como un antioxidante que protege la piel, pero además contribuye a reforzar la barrera cutánea, a retener el agua y a mantener la piel hidratada. Es antiinflamatoria y funciona muy bien en las pieles sensibles.
Niacinamida
También conocida como vitamina B3, es antioxidante y, aplicada por vía tópica, penetra en el estrato córneo y reduce la irritación y las rojeces, es despigmentante y favorece la síntesis de colágeno. Sus propiedades calmantes la hacen compatible con todo tipo de pieles.
Resveratrol
Es un antioxidante rico en compuestos fenólicos y está presente en la uva roja y el vino tinto. Aplicado por vía tópica protege la piel de factores ambientales, tiene propiedades calmantes y mitiga rojeces. Además, gracias a los taninos, tiene acción seborreguladora y astringente.
Coenzima Q10
La produce el cuerpo de forma natural y todas las células la utilizan para crecer y mantenerse. Aplicada sobre la piel actúa como un antioxidante que protege a las células contra el efecto de los radicales libres y la radiación UV, retrasa el envejecimiento prematuro, estimula la producción de colágeno, mejora la hidratación y unifica el tono.
Ácido hialurónico
Es un componente esencial de nuestra piel. Cuando su concentración disminuye la piel se arruga y se relaja. Hay AH de alto peso molecular que actúa en superficie rellenando e hidratando la piel. El AH de bajo peso molecular penetra actuando en profundidad y provocando un efecto relleno desde dentro.
Ceramidas
Son lípidos que se encuentra de manera natural en la piel fortaleciendo la función barrara y mejorando la hidratación y la elasticidad. Cuando su nivel desciende, aparece rojeces, irritaciones y la piel se vuelve seca y rugosa. Los cosméticos que contienen ceramidas restauran la barrera de la piel.
Activos postbióticos
Es un término científico muy nuevo. "Son sustancias (enzimas, proteínas, lípidos, azúcares) que producen los probióticos (por fermentación) con acción beneficiosa en nuestra inmunidad o metabolismo", explica Isabel González Pastor que afirma que "ya hay estudios que demuestran cómo equilibran y mantienen la función barrera de la piel".
Ácido glicólico
Es el más destacado de los alfa hidroxiácidos (AHA) y procede de la caña de azúcar, aunque también hay otros como el mándélico (almendras) o el láctico (leche). "Tienen un efecto exfoliante que hace la piel más luminosa, mejora las arrugas superficiales y las manchas y da uniformidad al tono de la piel", explica el dermatólogo Carlos Suárez.
Ácido Retinoico
Este activo en estado puro, también llamado tretinoina, procede de la vitamina A y es, en palabras del doctor Suárez "el principio activo antiedad más eficaz". Pero si tenemos la piel muy sensible puede irritarnos en exceso, por lo que "en cosméticos es más frecuente encontrar derivados menos eficaces como el retinol o el retinaldehido (también conocido como retinal) que son mejor tolerados", apunta el doctor Suárez. La doctora Lola Conejo-Mir, miembro del GEDET, coincide: "De los activos antienvejecimiento, el retinol es el rey: estimula la formación de colágeno en la piel, combate las arrugas y mejora las manchas…". Para las pieles sensibles, la doctora propone "otras alternativas que nos pueden ayudar a conseguir el mismo efecto que el retinol sin irritar, como el bakuchiol, de origen vegetal, el ácido azelaico, o los alfahidroxiácidos como el ácido glicólico".
Bakuchiol
Es tendencia en cosmética. Se trata de un ingrediente vegetal que procede de la planta conocida como Babchi (psoralea corylifolia). Se considera la alternativa natural al retinol porque es un activo antiedad que estimula el colágeno de la piel, como él, pero con la ventaja de no irritar ni ser fotosensible. ¿Otros efectos? Disminuye arrugas, unifica el tono de la piel, es seborregulador y antiinflamatorio.
Ácido azelaico
Presenta resultados parecidos al retinol (unifica el tono de la piel, reduce manchas, mejora la luminosidad…), y es una alternativa para las pieles sensibles que no lo toleran. Además, es seborregulador y antibacteriano por lo que funciona muy bien en las pieles grasas.
Factores de crecimiento
La doctora Truchuelo los destaca dentro del grupo de los estimuladores dérmicos. E Isabel González Pastor, cofundadora de Mila Bonis, dice que estos activos, que reactivan los mecanismos rejuvenecedores de la propia piel, "están en la cúspide de la pirámide de belleza de una auténtica pro". Los factores de crecimiento son moléculas, principalmente proteínas, que está presentes en nuestro organismo, pero también pueden obtenerse de la naturaleza. "Las nuevas tecnologías permiten la síntesis de estos factores que buscan imitar las acciones de las propias moléculas de la piel joven", explica la doctora Truchuelo que pone como ejemplo "las nuevas tecnologías de formulación de Cryptomphalus aspersa o el factor de crecimiento epidérmico". Los distintos tipos de factores de crecimiento han demostrado eficacia en “reducir arrugas, recuperar capacidad para producir colágeno y ácido hialurónico, proteger la barrera cutánea y mejorar elasticidad y apariencia de todo tipo de piel", enumera Isabel González Pastor.
Péptidos
Son cadenas formadas por aminoácidos y, según el número de estos, reciben un nombre (oligopéptico, polipéptido, hexapéptido…) y realizan unas funciones. Están presentes en nuestro organismo y también (sintéticos) en nuestros cosméticos. Actúan mandando señales a la piel para que se regenere, se calme, sintetice colágeno y elastina… Para que sean eficaces deben combinarse con otros activos como antioxidantes, ácido hialurónico o alfahidroxiácidos.
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