En la zona de la Selva Negra, en Alemania, se encuentra el Castillo de Neuschwanstein. Allí vivió Luis II de Baviera, conocido como "El Rey Loco". Este mandó construir esta fortificación de ensueño, que se encuentra en un lugar completamente mágico, rodeado de naturaleza agreste, colinas y montañas.
La Alhambra de Granada es una de las grandes joyas arquitectónicas de España. Los Palacios Nazaríes de la misma sirvieron durante muchos siglos como la residencia de reyes. El conjunto palacial está compuesto por el Mexuar, El Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. La mezcla de varios estilos es el resultado del asentamiento de muchas culturas distintas.
Transilvania acoge una de las más famosas construcciones de Europa del este: el Castillo de Bran conocido popularmente como el Castillo de Drácula. Allí vivió María de Sajonia, reina consorte de Rumanía entre 1914 y 1925. Su entorno privilegiado, rodeado de naturaleza y los Cárpatos, hacen de él un lugar ideal para poder disfrutar de jornadas de descanso.
El Palacio da Pena, en Sintra, destaca por sus coloridos muros. Fue residencia de María II de Portugal, cuyo marido y rey consorte, Fernando II mandó reconstruir la fortificación en el siglo XIX. En el interior nos esperan un sinfín de estatuas, colores y formas diferentes, que decoran las salas del palacio.
La historia del Castillo de Windsor supera los 900 años. A pesar de no ser la residencia oficial de muchos monarcas ingleses, la famosa reina Isabel II, se trasladó de manera indefinida a este castillo. La fortificación, los jardines, las fuentes, y habitaciones o el entorno son impresionantemente bonitos.
El famosísimo Palacio de Versalles cuenta con más de 700 habitaciones y 1.800 hectáreas de jardines. Fue el lugar de residencia de tres reyes: Luis XIV, Luis XV y Luis XVI. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Francesa y el posterior intento de convertir el palacio en hogar de dirigentes y monarcas, se decidió relegar la construcción al símbolo de grandeza que es.
El Palacio de Schönbrunn cuenta con más de 1.400 salas que se construyeron para deleitar al emperador Francisco José y su esposa la emperatriz Sisi. El esplendor de sus estancias, los grandes jardines y la gran riqueza decorativa y escultural de los elementos interiores, convirtieron al palacio en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En el centro de Copenhague se encuentra la residencia de la monarquía danesa: el palacio de Amalienborg. En un principio, no estaba previsto que fuese el hogar de los reyes, pero el incendio de su anterior residencia hizo que se trasladasen aquí. Cuenta con un museo en el que podrás saber mucho más de la historia de la construcción y de la familia real.
En la Región de Campania se encuentra el Palacio de Caserta, construcción que fue residencia oficial del rey Fernando IV de Castilla y algunos reyes de Nápoles.
Este palacio es el más grande del mundo, con un área de 47.000 metros cuadrados, jardines imperiales y más de 1.000 habitaciones.
Este palacio era la residencia oficial de la reina Isabel II de Inglaterra, cuando se trasladaba a Escoia. Fue construido en 1503 y en su torre se refugió la reina María Estuardo. Además, en el interior podréis encontrar famosos tapices y más de 90 retratos de miembros de la familia real.