Por los ríos Vero y Alcanadre, para descubrir y probar la chireta

  • Se suman naturaleza, arte rupestre, villas medievales y turismo etnográfico.
  • El Parque Cultural del río Vero es patrimonio de la humanidad por la Unesco.
  • En Barbastro espera el Espacio del Vino de la D.O. Somontano.
  • Pozán de Vero celebra todos los años la Fiesta de la Chireta.
Cascada en la Sierra de Guara, paraíso del barranquismo.
Cascada en la Sierra de Guara, paraíso del barranquismo.
WIKIPEDIA/Bert Heymans
Cascada en la Sierra de Guara, paraíso del barranquismo.

La chireta es un plato típico de la cocina de Aragón, más concretamente de la zona de Somontano –sí, la del vino–. En aragonés "chireta" significa piel vuelta. Consisten en la tripa del cordero cosida y rellena de arroz condimentado y mollejas, pulmón y corazón de este animal. Las chiretas se cocinan hervidas.

La ruta discurre por el Parque Cultural del río Vero, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, donde el arte rupestre, las villas medievales y el turismo etnográfico conviven en armonía con la naturaleza. Es un paisaje de fértiles vegas, viñedos y suaves colinas que se desgarran de pronto en peñascos y angostas gargantas ideales para la práctica del barranquismo.

Damos inicio al camino en el monasterio de Pueyo, un excelente mirador sobre la comarca del Somontano y la sierra de Guara. De allí hasta Barbastro. En esta localidad podemos ver la catedral, al Palacio Episcopal, el jardín arqueológico, el barrio medieval del Entremuro y también el Espacio del Vino de la denominación de origen Somontano.

Llegamos ahora a Pozán de Vero lugar primordial para degustar la chireta. En esta localidad era tradición preparar chiretas para la fiesta de San Macario, patrón de la localidad, que se festeja el 2 de enero, pero desde hace once años este popular producto tiene día propio (el domingo más cercano al día de Todos los Santos), la Fiesta de la Chireta, elaborado por las mujeres del pueblo.

La ruta sigue en Santa María de Dulcis, con su santuario de yeserías mudéjares, y atraviesa Buera y su precioso puente románico sobre el Vero, hasta llegar a la monumental Adahuesca con su iglesia barroca de San Pedro y la ermita románica de Nuestra Señora de Treviño.

Parada obligada es Alquézar. Es la puerta de entrada a la sierra de Guara, el paraíso del barranquismo gracias a los cañones fluviales de los ríos Vero y Alcanadre. El alcázar preside esta villa, pero la mejor panorámica de esta ciudad nos la ofrece el mirador de la Sonrisa del Río. Antes de irnos, hay que ver la antigua plaza Mayor, una hermosa plaza porticada.

Nuestra ruta para conocer la chireta acaba en Colungo, donde hay un Centro de Interpretación del Arte Rupestre, con yacimientos como el de Regacéns. También podemos contemplar las casas Broto y Notario, ambas del siglo XVI, muestras de la arquitectura popular aragonesa.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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