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El Zaragoza accede a cuartos con sufrimiento

Alberto Zapater trata de arrebatar el balón a Mateja Kezman
Efe

El equipo zaragozano demostró un gran acierto rematador en el primer periodo, que le puso con un tranquilizador 2-0, pero un Atlético que nunca se rindió, empató y se quedó con la miel en los labios tras una segunda mitad en la que vio como los nervios atenazaban a su rival.

El conjunto colchonero salió con muchos bríos al césped de La Romareda pero el tanto de Rubén Gracia "Cani" en el minuto diez, tras una buena combinación entre "Ewerthon" de Souza y "Oscar" González, frenó el ímpetu de los visitantes.

El equipo aragonés aguantó la presión inicial de su oponente en los primeros minutos y supo salir a la contra con velocidad y cuando no era posible manejar el balón en busca de espacios.

A pesar del tanto, el Atlético no dio por cerrada la eliminatoria, ni mucho menos, y con muchos centros y balones a los espacios libres intentaba sorprender al Real Zaragoza, aunque el cancerbero "César" Sánchez estuvo siempre bien colocado y solventó bien los momentos de empuje madrileño.

Por contra, el equipo de Víctor Muñoz no conseguía crear peligro pero demostró, como está siendo habitual en las últimas jornadas, una gran efectividad pues en su segunda llegada a la meta rojiblanca acertó con su segundo tanto de la noche, de nuevo con Cani como protagonista, ya que tras una gran jugada le devolvió el favor del primer tanto a Oscar, que no perdonó.

El partido parecía cerrado pero el equipo de Pepe Murcia tuvo la virtud de acortar distancias seis minutos después, por medio de Mateja Kezman, y encender una luz de esperanza para su equipo que siguió dominando en este periodo, aunque el Zaragoza se mostró solvente atrás.

El equipo aragonés pudo cerrar el encuentro a poco de comenzado el segundo periodo, pero Falcón salvó a los madrileños en un mano a mano con Diego Milito y esta jugada fue clave porque cuatro minutos después el ex-zaragocista Luciano Martín Galletti aprovechaba un servicio de Fernando Torres, que le había robado un balón con anterioridad a Leo Ponzio, para empatar a dos y quedarse a un tanto de darle la vuelta a la eliminatoria.

Tras el gol, al Zaragoza comenzó a entrarle el miedo mientras que los visitantes se crecieron, pero con más corazón que cabeza, lo que permitió a los maños defenderse con uñas y dientes frente a un Atlético que apretaba pero no ahogaba.

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