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Una triatleta es secuestrada mientras se entrenaba y convence a su captor para que la libere

Nathalie Birli, triatleta.
Instagram @Nathi_birli

Nathalie Birli, triatleta austriaca de 27 años, ha vivido el peor momento de su vida, del que ha salido razonablemente bien gracias a su valor. La deportista estaba entrenándose cerca de la ciudad de Graz cuando un hombre la atropelló con su camioneta y la secuestró.

Inmediatamente, la golpeó con un palo en la cabeza y la metió en el vehículo para llevarla a una casa, en la que Birli se despertó desnuda y atada a una silla. Con fractura de cráneo y de un brazo, Birli se vio en una situación en la que pensó que su vida había acabado.

Su secuestrador, que constantemente la amenazaba con un cuchillo, intentó obligarla a meterse en una bañera, la forzó a beber alcohol e intentó asfixiarla con toallas sobre la cara. Sin embargo, en un golpe de frialdad, empezó a charlar con él y todo cambió.

La conversación versó sobre un tema absolutamente irrelevante: unas orquídeas que tenía en un jarrón. En ese momento, la actitud del captor cambió totalmente. "De pronto, empezó a hablar sobre cómo las cuidaba, con agua de su acuario. Era una persona completamente distinta", explicó Birli en 'The New York Times'.

El hombre se empezó a abrir ante la triatleta, y le relató los problemas que tuvo en su infancia con una madre adicta al alcohol, numerosos problemas sentimentales y huérfano de padre desde muy pequeño. Fue en este momento cuando Birli empezó a hablarle de su hijo de sólo 14 meses.

"Le pregunté cómo hubiera sido para él crecer sin una madre", y al ver que el hombre accedía, le propuso que la liberara. "Le hice una sugerencia: digamos que fue un accidente", negoció ella. El secuestrador la llevó a su casa, donde la esperaban su madre y el pequeño, mientras su marido estaba fuera buscándola. Birli se encuentra en el hospital recuperándose del suceso, con un brazo roto y una contusión en la cabeza.

Este miércoles, la policía de Graz arrestó a un hombre vinculado al caso, al que localizaron gracias al GPS que tenía en la bicicleta de la triatleta que se había quedado en la casa del secuestrador.