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Sergio García, gafado

García se lamenta tras fallar el golpe decisivo. (Reuters)
El maldito hoyo 18 del campo escocés de Carnoustie. Hacia allí se dirigía la bola de Sergio García (Borriol, 27 años), el golpe que le daría el Abierto Británico y esfumaría su leyenda de promesa después de tres días de torneo impecables. La bola coqueteó con el hoyo apenas a un milímetro,  pero fue rechazada. Ese fallo llevó el torneo al desempate entre García y el irlandés Harrington. En esos cuatro hoyos decisivos, el español ya no pudo levantarse. Y perdió.

García apenas durmió la noche anterior, tenso e impaciente ante el domingo más importante de su carrera. Había dominado el torneo de principio a fin y partía en los últimos 18 hoyos con tres golpes de ventaja sobre el más inmediato seguidor. El guión perfecto para su venganza sobre Carnoustie, el campo que en 1999, año de su debut profesional, le hizo llorar en el regazo de su madre. 89 golpes dio aquel día.

Mal inicio

Pese a la ventaja acumulada, Sergio la fue perdiendo hoyo tras hoyo. Sus golpes no tenían el brillo de los últimos días y la presión podía con su golf. A mitad de recorrido ya compartía liderato con el joven argentino Romero y Harrington. La cosa pintaba mal, pero el español reaccionó en la segunda vuelta, cuando los agoreros ya tenían preparado el típico titular de  las últimas jornadas de Sergio García en los torneos grandes.

Lejos de la batalla por la Jarra de Clarete –que así llaman a su trofeo los británicos–, el gran favorito, Tiger Woos, se diluía. Quería brindarle el triunfo a su pequeña Sam Alexis, con apenas un mes de vida, pero tendrá que ser otro día.

Bola al agua

García y Harrington llegaron parejos al último hoyo. Tembló el irlandés, que mandó la bola al agua y el escenario quedó listo para que El Niño se convirtiera en el segundo español en ganar el torneo, justo la semana en que el primero, Severiano Ballesteros, había anunciado su retirada. ¿Qué podía fallar? El hoyo 18, que negó su entrada a la bola de Sergio García. Harrington dejó el desempate sentenciado nada más empezar.

Una de momentos malditos en el deporte español: el gol fallado por Julio Salinas en el Mundial 94, el «trata de arrancarlo» de Luis Moya a Carlos Sainz en 1998 y, desde ayer, el maldito hoyo 18 de Carnoustie, que volvió a hacer llorar a Sergio García.
Seve sigue siendo el único

La ocasión era perfecta para el triunfo de Sergio García. Hace unos días, en el propio campo de Carnoustie, Severiano Ballesteros, el único golfista español que ha ganado el Abierto Británico –tres veces lo hizo– anunció su retirada. Su amigo García estuvo a punto de tomarle el testigo y ganar su primer torneo grande. Tendrá que volver a intentarlo.