La Policía prohíbe las 'caxirolas', la respuesta de Brasil a las vuvuzelas para su Mundial

Una de las cosas más recordadas del Mundial de Fútbol de 2010 en Sudáfrica, además de la victoria de España, fueron las vuvuzelas, esa especie de trompeta de plástico que causó un gran revuelo por el insistente ruido que provocaban miles de aficionados soplándolas a la vez durante los encuentros. Brasil, próxima organizadora del Mundial, no quiso quedarse atrás y tiene su propio instrumento, la caxirola. Pero parece que no lo van a poder vender por motivos de seguridad.

A finales del pasado mes de abril, el músico brasileño Carlinhos Brown presentó, junto a la presidenta del país, Dilma Rousseff, la respuesta brasileña a la vuvuzela. La caxirola es una especie de maraca, fabricada en plástico, que está inspirada en el caxixi, un instrumento que se utiliza en las capoeiras. Al ser agitada, la caxirola, que en su interior tiene pequeñas bolitas de material sintético, produce un característico sonido parecido al de una maraca. Según el propio Carlinhos Brown, se trata de un sonido mucho menos molesto que el de la polémica vuvuzela.

El gobierno de Brasil apostó por este instrumento como souvenir estrella para los visitantes que acudan a Brasil a ver el Mundial y estaba previsto que se estrenen en la próxima Copa Confederaciones, que se disputa en junio en Brasil. Incluso la FIFA le otorgó el estatus de "instrumento oficial" de la próxima Copa del Mundo.

Pero en un partido del campeonato estatal de Bahía entre el Vitoria y el Bahía, los hinchas de este último equipo, que acudieron al campo con sus caxirolas, acabaron lanzándolas al terreno de juego como protesta por el mal juego de su equipo. Tras este incidente, la Policía brasileña ha prohibido el acceso a los estadios con estos objetos.

El uso de las caxirolas como armas arrojadizas generó preocupación en la FIFA y el Comité Organizador Local del Mundial, que decidieron estudiar el uso del instrumento.