Deportes

Piepoli, segundo triunfo en medio de la improvisación

El terrible Plan de Corones tendrá que esperar para una mejor ocasión. La gran novedad montañosa propuesta por los organizadores del Giro no pudo subirse como consecuencia del frío  y la nieve que se hicieron presentes en la decimoséptima etapa de la prueba.

El menudo escalador Leonardo Piepoli (Saunier Duval) logró su segunda victoria de etapa en este Giro de Italia en el improvisado final en la cima del Passo Furcia, antesala del Plan de Corones.

Tras Piepoli, inmutable, entró en el mismo tiempo un Ivan Basso que volvió a meter tiempo a sus rivales. El de CSC aventajó en 15 segundos a Quique Gutiérrez (Phonak), quien no dudó en atacar a falta de seis kilómetros para el final.

Cunego -que recuperó mucho al final-, Savoldelli y Simoni volvieron a perder tiempo por enésima vez. Simoni, sin embargo, mantuvo el asalto y logró la tercera plaza del podio. Las otras parecen fijas para Basso y Guti.

La jornada, tras el amago de plante inicial por parte del pelotón, comenzó tranquila. El italiano Dario Cioni (Liquigas) y el francés Benoit Poilvet (Credit Agricole) buscaron la fuga, pero no lograron una renta superior a los dos minutos.

El CSC, mantiendo un ritmo constante en cabeza, logró la neutralización. La lluvia, el viento e incluso la nieve fueron invitados no deseados que congelaron los ánimos de más de uno.

Cuando la carrera enfilaba la subida al Furcia probó suerte el mexicano Julio Alberto Pérez Cuapio (Panaria). Su intento no prosperó, como tampoco el de Quique Gutiérrez, si bien éste seleccionó el grupo.

Basso, a poco más de un kilómetro, tensó de nuevo y sólo Piepoli pudo seguirle. Fin de la historia. A lo Armstrong, su amigo y mentor, Basso dio un nuevo paso para llevarse un Giro que tiene su nombre.

A destacar el buen papel de Franco Pellizotti (Liquigas), cuarto en la cima del Furcia y la sexta del francés John Gadret (AG2R), posiblemente el galo que más regular se ha mostrado en las etapas de montaña de una grande en los últimos años.

Este jueves, la carrera italiana afronta 210 kilómetros entre Sillian y Gemona del Friuli, una etapa de perfil quebrado pero sin alta montaña.

Todos contra el clima

El adverso clima se cebó con el trazado original de una etapa que incluso redujo su kilometraje de los 133 kilómetros previstos a unos 126. Además, se inició con retraso ante la presión de los corredores.

El pelotón se mostró preocupado por la bajada del Passo delle Erbe. Tras media hora de reunión con Angelo Zomegnan, el director de la carrera, todas las partes acordaron la suspensión de este puerto y el empinado final sin asfaltar en Plan de Corones.

La organización optó por mantener el final de la etapa en la cima del Passo di Furcia, a 1773 metros y antesala de la ascensión final al Plan de Corones. Aún así, la etapa quedó mutilada.

El Giro afrontó en 1988 una jornada dantesca de nieve y frío en la subida al Passo di Gavia. La organización por aquel entonces ni se planteó la suspensión de la etapa. Mucho han cambiado las cosas desde entonces.