España gana por inercia

España jugó al gato y al ratón con una endeble selección portuguesa: durante tres cuartos del partido amistoso que enfrentó a ambos equipos en Logroño, Gasol y compañía hicieron creer a los jugadores lusos que la hazaña era posible, que tendrían algo que recordar y contar para el resto de sus días, aquel día que derrotamos a la España de Gasol, a los campeones del mundo ni más ni menos. ¿Te acuerdas?

Durante treinta minutos Portugal plantó cara al equipo campeón del mundo. Durante muchos minutos, la novata selección portuguesa mandó en el marcador y hasta seguro que alguno soñó con la victoria, y algún otro pensó que lo imposible podía convertirse en realidad.

La realidad: después de alimentar las esperanzas portuguesas, después de treinta minutos tumbada a la bartola, sin estar en el partido, sin esforzarse lo más mínimo, llevada por la molicie, España despertó en el último cuarto y con un poco de voluntad y esfuerzo, derrotó a Portugal como y cuando quiso por 82-65. Le bastó con pisar mínimamente el acelerador para demostrar que, hoy por hoy, la dieferencia entre ambos conjuntos es abismal.

Pegada

Poco más puede decirse de este choque. Fue un entrenamiento con público, en el que España mostró su lado más cruel y más perezoso.

La selección sigue jugando a medio gas y tiene que afinar su estado de forma. Gana sin esfuerzo, tanta es su clase.

Pero debe motivarse y esforzarse en la victoria, intentar probar cosas nuevas, no ganar sólo por inercia.

Se supone que en el Eurobasket, la motivación, los rivales y la propia emoción de la competición harán que los jugadores españoles den lo mejor de sí mismos.

No como ahora, que siemplemente se dejan llevar y se amparan en su pegada y en su talento natural.