Crítica de 'Las cuatro hijas': cómo el lobo se comió a dos de las cuatro hijas de Olfa

“En esta película intentaré explicar la historia de las hijas de Olfa. Olfa tiene cuatro hijas. Las dos pequeñas, Eya y Tayssir, aún viven con ella. A las dos mayores, Rahma y Ghofrane, se las comió el lobo”. Cómo llegaron a ser comidas por el lobo es lo que nos cuenta Ben Hania en este extraño documental. Y para hacerlo recurre a dos jóvenes actrices que interpretan a las hermanas perdidas y una actriz mayor que asume el rol de la madre en los momentos más duros de su relación. 

La forma que escoge la directora es la de pequeñas representaciones en un escenario único, que a veces recuerda al mejor Oliveira. Conocemos su vida, hasta que llega el año 2011 y la primavera árabe que debía liberarlas, acaba siendo su perdición. En el año 2013, con 16 y 15 años, Ghofrane y Rahma se radicalizan y escapan para unirse a ISIS, el lobo se las ha comido. Se puede cuestionar si esta era la mejor manera de contar la historia, pero no se puede dudar de la fuerza de ver a la auténtica Olfa frente a su espejo o la potencia de las escenas con las cuatro hermanas, las falsas y las verdaderas. Kaouther Ben Hania insiste en su cine de denuncia sin por ello dejar de buscar vías cinematográficas innovadoras.

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