Comillas, el rincón modernista de la costa cántabra

  • La villa cuenta con obras de Gaudí, Martorell y Domenech y Montaner-
  • Fue lugar de veraneo de Alfonso XII y la nobleza de finales del siglo XIX.
  • Desde Comillas se pueden hacer rutas por el Parque Natural de Oyambre.
Palacio de Sobrellano
Palacio de Sobrellano
Gobierno de Cantabria
Palacio de Sobrellano

Pocas localidades pueden representar como Comillas lo que el fenómeno indiano supuso para algunas villas españolas hace poco más de un siglo. Tradicional pueblo de pescadores, este enclave de la costa cántabra fue transformado por un industrial naviero y tabacalero que, además de dinero, se ganó en las Américas la amistad de la Corona gracias a su contribución en la guerra de Cuba.

Paseando por las callejas del pueblo se pueden encontrar magníficas edificaciones que recuerdan su época más gloriosa, cuando a finales del siglo XIX era destino vacacional de Alfonso XII y buena parte de la nobleza española, que acudía atraída por los famosos “baños de olas”. Actualmente, Comillas sigue siendo un lugar bastante exclusivo, pero masificado en los meses de verano. Quienes quieran huir del bullicio, encontrarán en la villa un rincón perfecto para escapadas de primavera y otoño.

Modernismo de autor

Pese a sus reducidas dimensiones, Comillas cuenta con numerosos edificios importantes que se pueden visitar siguiendo las rutas monumental y modernista. La segunda es quizá la más conocida, parte de la fuente de los Tres Caños y hace su primera parada en el Capricho de Gaudí, una pequeña residencia diseñada por el famoso arquitecto catalán en 1883 que se caracteriza por su torre y una rica decoración cerámica en el exterior en la que destacan los girasoles. Actualmente sólo se puede ver por fuera, aunque los salones se alquilan para eventos.

A pocos metros, se encuentra el palacio de Sobrellano y la capilla panteón de los marqueses de Comillas, dos edificios neogóticos diseñados por Joan Martorell y construidos en la misma época que el Capricho. Su situación, en un alto frente a una gran campa con juegos para niños, lo convierte en una de las zonas más agradables del pueblo.

En lo alto de la ladera frente al palacio se encuentra el edificio de la Universidad Pontificia, situado sobre los acantilados. Se trata de otra construcción de la misma época, decorada por Domenech y Montaner y diseñada por Martorell, que mezcla el gótico con un estilo mudéjar. Concebido inicialmente como un seminario para pobres, ahora está siendo rehabilitando por la Fundación Comillas con el apoyo de varias instituciones, el Gobierno de Cantabria y la Fundación Botín entre otras. Este edificio acoge la sede de la entidad, que pretende ser referencia internacional en la enseñanza de la lengua y la cultura hispánicas.

Luis Domenech y Montaner también se ocupó a finales del siglo XIX de la reforma del cementerio, integrando los restos de una antigua ermita gótica y otros elementos modernistas. El resultado fue un proyecto paisajístico que se recrea en la idea de ruina y que aporta a la villa una de sus imágenes más famosas, la de la estatua del Ángel Guardián de José Llimona.

Siguiendo esta ruta turística, que pasa después por la puerta del Moro, la Coteruca y el Santo Hospital de Comillas, el visitante se cruzará con preciosas mansiones privadas de algunos de los apellidos más ilustres de nuestro país.

Paisajes de reserva natural

En plena costa occidental cántabra, no muy lejos de los Picos de Europa y bien comunicado con Asturias, Comillas es un estupendo enclave desde el que moverse. Sin embargo, la villa tiene su propia playa y en sus inmediaciones hay varios lugares dignos de ser visitados. En la web del ayuntamiento se pueden consultar paseos para realizar en bicicleta o andando.

El puntal y las dunas de Oyambre se encuentran a menos de tres kilómetros del casco urbano, y se puede acceder a ellas por una carretera que dispone de carril-bici. En realidad, el pueblo se está dentro del territorio del Parque Natural de Oyambre, una reserva de más de 5.700 hectáreas de acantilados, rías, playas, marismas, dunas y masa forestal que ofrece algunos de los paisajes más bellos de la costa cantábrica.

El monte Corona es otro lugar preparado para excursiones de un día. Se trata de una zona boscosa surcada por una red de caminos que enlazan de forma caprichosa merenderos y ermitas. Este recorrido alcanza cierta altura y no está muy lejos del mar, por lo que tiene miradores con hermosas vistas de Comillas y la línea de costa.

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