Conocer Lisboa en tres días

  • Su área metropolitana está llena de lugares dignos de visitar.
  • La Lisboa Card te permite acceder fácilmente a todos los lugardes.
  • Comer en Lisboa es un verdadero lujo a precios asequibles.
El primer día de la visita en Lisboa hay que dedicarlo a callejear por sus barrios.
El primer día de la visita en Lisboa hay que dedicarlo a callejear por sus barrios.
El primer día de la visita en Lisboa hay que dedicarlo a callejear por sus barrios.

Desde la capital portuguesa partieron los navegantes y descubridores que abrieron los horizontes de Europa: Brasil, Angola, Mozambique... Por eso es aquí donde nació la saudade, expresión lusitana de la morriña y el fado música de la añoranza. El barrio fadista por excelancia es Alfama, la parte más antigua de la ciudad, que con sus estrechas y empinadas calles nos hacen evocar tiempos pasados, de marineros y burdeles, donde nació el fado. La Baixa es la parte noche de la ciudad, reconstruida tras el famoso terremoto que asoló la ciudad.

Y de nuevo, otro barrio empinado, el Barrio Alto. Al fondo del Tajo, Belém, con su famosa torre fortificada fortificada y el Monasterio de los Jerónimos, una obra de arte de estilo manuelino. La mejor forma de llegar a estos barrios es el transporte público de Lisboa, una interesante red de tranvías al más puro estilo San Francisco. ¡Y a sólo una hora de viaje en avión!

<p>Lisboa</p>Todos los transportes públicos de Lisboa, tranvía, metro y autobús funcionan con la Lisboa Card que además ofrece descuentos en las entradas de muchos de los museos. Permite viajar de manera ilimitada en todos los transportes urbanos de la ciudad, así como en dos líneas de tren de cercanías: las que dirigen a Sintra, Estoril y Cascais. Se vende en las oficinas de Turismo, una de ellas situada en la terminal de llegadas.

El primer día de la visita en Lisboa hay que dedicarlo a callejear por sus barrios, pero en Alfama es visita imprescindible la Feira da Ladra, donde antiguamente se vendían todos los objetos robados. A él llegamos en el tranvía eléctrico 28 y tiene lugar todos los martes y sábados durante todo el día. En siguientes jornadas, podemos ir hasta Cascais, con las playas preferidas de los lisboetas. También se puede visitar el acantilado de la boca do inferno y para terminar, podemos dormir en un auténtico faro reconvertido en hotel de diseño.

El último día debe estar dedicado a Sintra, un precioso pueblo con un Parque Natural a menos de 30 kilómetros de la ciudad. En Sintra podrás visitar el Palacio da Regaleira, edificio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También conocido como Quinta da Regaleira, está situado en pleno centro histórico y cuenta con enigmáticos lugares que esconden mensajes relacionados con la alquimia, la masonería y los templarios. Este simbolismo proviene de la concepción religiosa de su primer propietario, Carvalho Monteiro, quien procesaba el cristianismo imbuido de ideales neotemplarios. Es imprescindible su visita.

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