Guadalupe, en cualquier época del año

Situadas a 7.000 km, al oeste del litoral francés, entre el mar Caribe y el océano Atlántico, las Islas de Guadalupe forman un paradisiaco archipiélago en el corazón de las Pequeñas Antillas.

La "isla mariposa", como se la conoce por su forma, pone de relieve todos sus atractivos naturales; bosques tropicales, impresionantes cascadas, playas de arena blanca y pueblos pintorescos, para intentar preservar su alma criolla.

Guadalupe está formada por dos islas, Grande-Terre y Basse-Terre, separadas por un pequeño brazo de mar. La primera, al este, llana, seca y calcárea, cubierta de campos de caña de azúcar, bordeada por playas de arena blanca, rodeadas a su vez por un arrecife coralino. La segunda, al oeste, con bosques tropicales, montañas y  zonas para hacer submarinismo.

Tres razones para ir

1. Un destino diferente: 5 islas para descubrir: Basse-Terre; Grande-Terre; La Désirade; Les Saintes y Marie-Galante. Cada isla alberga una naturaleza variada: playas de arena blanca, negra y ocre, naturaleza generosa, cultura, patrimonio y gastronomía. En todas las islas se disfruta una cultura mestiza en música, literatura, artesanía, gastronomía... y el transporte entre las islas es muy fácil.

2. Temperatura templada todo el año. Las distancias siempre son muy cortas entre dos puntos y los sitios de interés son fáciles de acceso. Se pasa del bosque tropical a las aguas templadas del mar o a las aguas refrescantes de ríos  en menos de 3 km.

3. Naturaleza y deporte: Es el mejor destino para el surf (según la revista Caribbean World Magazine). Tiene reservas naturales marítimas reconocidas, como la Reserva Cousteau o  el Parque Nacional (300 km de senderos) muy bien conservados, que traducen la voluntad de preservar el patrimonio natural de las islas.

La cocina antillana es una combinación de distintas civilizaciones, con aromas europeos, africanos e indios. La cocina criolla se mezcla con la cocina francesa, con ingredientes africanos, sabores orientales y productos caribeños.

Es frecuente encontrar platos con el bacalao o salazones como ingrediente principal, herencia de una época en la que Guadalupe se abastecía mediante grandes barcos procedentes de La Rochelle, Burdeos o Nantes. Estos platos iban acompañados de tubérculos (taro, ñame, patata dulce, mandioca) importados por los esclavos africanos, y de gran variedad de especias y legumbres secas (garbanzos) traídas desde la India y África.