Dodge Journey contra Nissan Qashqai+2: la guerra de la comodidad y el espacio

  • Comparativa entre los dos modelos.
  • Tienen motores fiables y potentes.
  • Disponen de 7 plazas y maleteros amplios.
Un Dodge Journey, junto a un Nissan Qashqai+2.
Un Dodge Journey, junto a un Nissan Qashqai+2.
Un Dodge Journey, junto a un Nissan Qashqai+2.

Para bien o para mal, atrás quedaron los entrañables pero tortuosos viajes en los que todos nuestros seres queridos, sin saber muy bien como, conseguían embutirse en un 600 y poner rumbo a la playa o la montaña.

Ahora, son multitud las marcas que pugnan de manera feroz en la llamada batalla del espacio, representada fundamentalmente por monovolúmenes, SUVs y crossovers. Inmersos de lleno en esa lucha se encuentran nuestros protagonistas, que cuentan con cualidades más que suficientes como para complicar aún más la difícil tarea de adquirir un vehículo de estas características.

Tanto en el aspecto como en sus dimensiones el Dodge Journey y el Nissan Qashqai+2 distan bastante entre sí. El modelo americano es realmente un vehículo difícil de catalogar, no hay prácticamente nada parecido en el mercado. La silueta del Nissan, por su parte, deja bien a las claras que estamos hablando de un crossover compacto mucho más cercano a los estándares estéticos europeos.

Motores potentes

En nuestro mercado, el Journey sólo está disponible con un motor, un 2.0 TDI de 140 CV alimentado por bomba-inyector proveniente del grupo Volkswagen. Parece una decisión muy coherente ya que el cliente potencial de este tipo de automóviles busca un consumo reducido sin renunciar a las prestaciones y, en este sentido, como se ha venido demostrando durante mucho tiempo, la mecánica de los alemanes es todo un ejemplo.

En el otro lado, encontramos el motor 2.0 dCi de 150 CV de origen Renault, también toda una garantía en respuesta y fiabilidad. Es una mecánica agradable, suave y con un rendimiento magnífico. Tiene fuerza desde la zona baja del cuentarrevoluciones, gana vueltas con facilidad y es capaz de llegar a las 4.500 rpm sin que desfallezca la sensación de empuje.

El espacio interior

El espacio y el maletero es uno de los partados más esperado por muchos en esta comparativa, y ya les adelantamos que en este sentido, cualquiera de los dos vehículos dejará más que satisfecho a cualquiera. Vaya por delante que gracias a la gran versatilidad que ofrecen nuestros protagonistas en ambos casos se percibe una sensación de amplitud destacable.

En la segunda fila de asientos del Dodge tenemos espacio más que suficiente para tres adultos, aunque la plaza central puede quedar algo justa si hablamos de la anchura. Opcionalmente, estos asientos pueden elevar la posición de la banqueta, lo que sin duda será del agrado de los más pequeños de la familia. Los de la tercera fila, ocultos bajo el maletero ofrecen una amplitud por encima de la media si comparamos con algunos de sus rivales, incluido también el Qashqai+2.

En condiciones normales, el maletero tiene una capacidad de 783 litros (con posibilidad de aumentar hasta 1.610 litros). Una cifra que se ve considerablemente reducida si queremos emplear los 7 asientos disponibles.

El Qashqai+2 también puede integrar las últimas plazas en el maletero. Éstas resultan un poco menos aprovechables aunque un adulto de hasta 1,70 m de altura puede viajar con cierta normalidad echando en falta algo más de espacio para las piernas, sobre todo si los pasajeros de delante viajan muy reclinados.

Precios asequibles

La versión básica del Nissan Qashqai+2 con el propulsor diésel de 150 CV tiene un precio de 24.550 euros, mientras que para hacernos con un Journey deberemos desembolsar 23.116 euros (el cambio automático sólo está disponible a partir del acabado SXT, combinación que cuesta 30.448 euros).

Tanto el Qashqai+2 como el Journey son dos buenas alternativas dentro del complicado mercado en el que se encuentran. Ambos consumen poco, tienen buenas prestaciones y no tienen un precio elevado.

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