Pepper es un robot que se ha puesto a la venta este verano en Japón, con bastante éxito. Sus creadores, la empresa nipona de telefonía SoftBank y la compañía de robótica francesa Aldebaran, lo vendieron como "el primer robot personal del mundo capaz de leer emociones". Lo hasta ahí, porque las instrucciones de Pepper advierten de manera clara que nada de mantener sexo con él.
En concreto, como recoge 20minutes.fr, las instrucciones dicen que "el propietario no debe emprender el acto sexual ni otro comportamiento indecente" con la máquina, aunque no especifican el motivo.
Este texto se ha viralizado en Japón, donde es objeto de todo tipo de bromas y memes.
Pepper mide 1,2 metros, tiene un coste de algo más de 1.400 euros y ya se usa en tiendas de Nespresso en Japón. Está especialmente dirigido al hogar (de hecho, las instrucciones advierten de que no debe sacarse a la calle), al acompañamiento de personas mayores y al uso en el ámbito sanitario.
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