Unos 2.400 millones de personas, una de cada tres personas que habitan este planeta, siguen sin tener acceso a un saneamiento adecuado. De ellos, 946 millones siguen defecando al aire libre. La alerta la han dado conjuntamente la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.
Defecar al aire libre es una práctica muy problemática, pues supone un foco continuo de enfermedades y de contaminación del suministro de agua en muchos lugares.
"Hasta que todo el mundo tenga acceso adecuado a instalaciones de saneamiento, la calidad del agua se verá afectada y demasiada gente seguirá muriendo por enfermedades transmitidas o relacionadas con el agua", asegura la directora del Departamento de Salud Pública de la OMS, María Neira.
La ONU define un saneamiento adecuado como todo aquel sistema que separe de forma higiénica los excrementos humanos de las personas. En su día, fijó como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio reducir a la mitad el número de gente sin acceso a un saneamiento adecuado para 2015.
Así, el 77% de la población mundial debería tener actualmente acceso al saneamiento, una meta que no se cumplirá por unos 9 puntos porcentuales o 700 millones de personas.
Según Unicef y la OMS, la falta de progreso en este área amenaza además con minar los beneficios en supervivencia infantil y para la salud que se esperaba lograr gracias a la mejora del acceso a agua potable, otro Objetivo del Milenio que, en este caso, sí se ha cumplido.
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