Un viaje en el tiempo: cuatro castillos para dormir y descansar

Para poder decir aquello de “a cuerpo de rey”, ¿es posible dormir en un castillo? Lo es y hacerlo no pasa necesariamente por acudir a un establecimiento de la red de Paradores (que también). En España existen varios castillos y alojamientos integrados en fortalezas que han sido transformados en hoteles. Lleida, Salamanca, Mallorca y Vizcaya tienen algunos buenos ejemplos.

Cal Raich (Lleida)

Se trata de una casa rural integrada en la muralla sur de la fortaleza medieval de Montfalcó Murallat, ubicada en la cima de una colina. En el interior del recinto se dispone una quincena de casas adosadas a la muralla, la cual cuenta con un único acceso que desemboca en la plaza central, el antiguo patio de armas.

Cal Raich, fechada en el siglo XI, es de piedra y ha sido restaurada respetando su elementos arquitectónicos originales. En su interior, se pueden observar muros de hasta 3 metros de grosor, vigas de madera, bovedillas de yeso, tierras de adobe, lagare y demás elementos de época.

La casa dispone de amplias estancias y tiene capacidad para 6 personas. Incluye comedor, cocina, sala de estar, 2 habitaciones de matrimonio y una doble, 2 baños -uno integrado en la habitación-, jardín y terraza. Cal Raich cuesta 300 euros el fin de semana.

Los visitantes podrán aprovechar su visita para conocer distintos lugares de interés de los alrededores como el Monasterio de Sant Ramon, la ruta de los castillos de la Segarra, la torre de vigía de Vallferosa o la ciudad romana de Guissona.

Castillo del Buen Amor (Salamanca)

Es una fortaleza militar que data del siglo XI y que fue reconvertida en casa-palacio en el siglo XV. Conocido como Castillo Villanueva de Cañedo o Castillo de Fonseca, cuenta con cinco alturas, desde el foso a las torres, numerosos recovecos y entreplantas que respetan la construcción original.

Sus muros alcanzan los 5 metros de ancho, tiene una impresionante torre del homenaje, tres torreones y un foso de 15 metros de ancho, que hoy alberga los jardines y la piscina. En 1959 se inició su reconstrucción y en 2003 se convirtió en hotel hace 11 años. Dependiendo del día y la habitación, el precio de una noche va de los 90 a los 300 euros.

El Castillo del Buen Amor alberga 40 habitaciones, todas con cama king size, muros de piedra, zona de estar y baño con bañera doble y ducha de pizarra. El complejo cuenta con piscina exterior, sala de masajes, pub, un viñedo de 7 hectáreas, un laberinto de setos o un lago con barcas.

Además, se puede disfrutar de un rato de lectura o relax en los majestuosos salones que cuentan, entre otras cosas, con una chimenea medieval o una biblioteca. Dispone de un restaurante ubicado en las antiguas caballerizas. El plus del Castillo del Buen Amor es que ofrece a sus huéspedes una variedad de servicios Royal como mayordomo, terraza privada, desayuno en la cama o champán con fresas.

Castillo de Arteaga (Vizcaya)

En plena reserva de Urdaibai se alza esta torre neogótica formada por piedra caliza y mármoles de Ereño. Este espacio, que se ubica en Gautegiz de Arteaga, dominando la ría de Gernika, es el primer y único Relais & Chateaux del País Vasco.

En el siglo XIX, los encargados de su restauración levantaron una nueva torre ya que la vieja no respondía a las necesidades de una residencia imperial. De esta manera surge lo que ahora es el Castillo de Arteaga, un palacio neomedieval, torreón neogótico a modo de torre del homenaje inspirado en la arquitectura gótica francesa.

Dispone de seis suites y siete habitaciones, cada una diferente, todas rodeadas de almenas y muros de piedra de mampostería y están equipadas con todas las necesidades del mundo moderno. El Castillo de Arteaga alberga un restaurante y una bodega para 30 personas, con un amplio surtido de vinos nacionales e internacionales. La noche con desayuno incluido cuesta 160 euros.

Enclavado en el corazón del Parque Natural de Urdaibai –Reserva de la Biosfera por la Unesco–, el entorno ofrece multitud de alternativas para la práctica del turismo.

Cap Rocat (Mallorca)

Cap Rocat es una antigua fortaleza militar situada en bahía de Palma que data de 1889 y que fue transformada en hotel en 2010 tras una profunda labor de restauración. Tiene 25 habitaciones, la mayor parte de ellas eran las antiguas troneras de los cañones, situadas al borde del acantilado con patios y terrazas privadas que ofrecen vistas espectaculares a la bahía.

El hotel dispone de sala de masajes y diversos tratamientos de belleza como manicura, body scrub o un facial revitalizante; también gimnasio. Otro de los grandes atractivos de Cap Rocat es la piscina de agua salada y borde infinito situada sobre una de las murallas de la antigua fortaleza. Además, las distintas zonas de baño habilitadas alrededor del antiguo embarcadero forman parte de una reserva natural.

Los amantes de la cocina de calidad encontrarán a su disposición dos restaurantes: La Fortaleza y el Sea Club, un restaurante situado en la Cala de la Reina. Cap Rocat dispone de salones de uso exclusivo idóneos para la realización de reuniones privadas. Pasar una noche en esta fortaleza cuesta 495 euros con desayuno incluido.