Denuncian que el 96% de las maniobras Kristeller se hacen sin el consentimiento de la madre

  • Un informe de El Parto es Nuestro alerta de los riesgos y la falta de información de la maniobra, consistente en presionar la barriga para acelerar el expulsivo.
  • Esta técnica, desaconsejada por la OMS, se utiliza en uno de cada cuatro partos.
  • El 26% de los bebés tuvo secuelas: dificultad respiratoria, fracturas o hematomas.
  • "Se subían por turnos encima de mí y empujaban con todo el peso de su cuerpo".
Una imagen de un ayudante realizando la maniobra Kristeller en un parto.
Una imagen de un ayudante realizando la maniobra Kristeller en un parto.
El Parto es Nuestro
Una imagen de un ayudante realizando la maniobra Kristeller en un parto.

"En el quirófano dos ayudantes se subían por turnos encima de mi barriga con todo el peso de su cuerpo. Aun así, tuvieron que usar fórceps y me hicieron una episiotomía muy grande. Estuvieron cosiendo una hora. Me rompieron por dentro y por fuera". María recuerda así su parto en el Hospital La Paz de Madrid en octubre de 2012, fecha desde la que está en tratamiento por prolapso de la vejiga y pérdida de sensibilidad en el músculo de la vagina.

Esta madre madrileña y primeriza desconocía entonces que aquello que le hacían las dos mujeres encaramadas a su barriga se llamaba 'maniobra de Kristeller', una técnica cuestionada por la OMS y prohibida en países como Reino Unido que se sigue utilizando con frecuencia en hospitales españoles para acelerar la fase del expulsivo, según denuncia El Parto es Nuestro.

La asociación sin ánimo de lucro formada por usuarias y profesionales que pretende mejorar las condiciones de atención a madres e hijos durante el embarazo, el parto y el posparto en España acaba de publicar un informe sobre la experiencia de 340 mujeres a las que se le practicó esta maniobra de presión externa del fondo uterino coincidiendo con sus contracciones. El estudio revela que solo un 6,5% de las mujeres fueron informadas de que se les iba a practicar tal presión y en el 96% de los casos no se solicitó su consentimiento.

"No me informaron absolutamente de nada ni me pidieron consentimiento alguno. Las enfermeras me decían que no ayudaba nada, que no gritara. Recuerdo que vomité y que una enfermera dijo 'ya está bien' y se me sentó encima", relata una de las mujeres que ha narrado su experiencia a la asociación para la campaña 'Stop Kristeller: cuestión de gravedad'.

Uno de cada cuatro partos

La maniobra lleva muchos años en tela de juicio. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) asegura en sus manuales que está "contraindicada para facilitar el descenso del feto" porque puede causar traumatismos, dolor y fracturas o roturas en las madres, así como lesiones al bebé. La OMS, por su parte, considera que debe emplearse con cautela por no existir evidencias de que en efecto acelere el expulsivo.

El ministerio de Sanidad encargó en 2010 una encuesta para la revisión de la estrategia de atención al parto que reveló que dicha maniobra se realizó en el 26,1% de los partos. El Parto es Nuestro se refiere a esta técnica como "la maniobra invisible", porque además de que los médicos no informan de ella a la mujer, ni piden su consentimiento, no suele aparecer en los historiales clínicos para evitar querellas.

El 22% de las mujeres del estudio sobre la maniobra Kristeller aseguran que la presión les fue realizada con el antebrazo, el 17,4% con el peso de todo el cuerpo y el 15% con el peso del cuerpo y los brazos. "Una de las matronas que estaban ayudando empezó a presionar mi barriga desde el pecho con el antebrazo. Yo le apartaba el antebrazo y ella me apartaba a mí y seguía empujando. Entonces me agité y grité", dice otra de las mujeres. La mayoría de las consultadas recibieron la presión durante cinco pujos o más durante el parto.

El 55% de las mujeres sintió dolor durante el procedimiento. Las que no lo sintieron aseguran que fue por la anestesia epidural. El 39% dice que pidió al personal que parara. De las 133 mujeres que lo solicitaron, solo 14 fueron escuchadas, según expone el informe. El 80% aseguran que no permitirían que se repitiera la maniobra en otro parto. En el caso de los bebés, el 26,5% tuvo secuelas tales como dificultad respiratoria, fractura de clavícula o hematomas.

Experiencias traumáticas

Otra de las mujeres del estudio revela a El Parto es Nuestro secuelas similares a las que padece María. "A causa de ella (de la maniobra) tengo una contractura en el fondo de la vagina y el músculo abdominal roto. Pasé un año sin poder tener relaciones sexuales de ningún tipo". Sin embargo, solo un 5,6% de las encuestadas pusieron una reclamación en el hospital, porcentaje que baja a un 1,8% (6 mujeres) cuando se les pregunta si interpusieron una denuncia formal.

El Parto es Nuestro espera con su campaña "dar a conocer esta maniobra" y que su estudio, que pone cifras y testimonios a la experiencia traumática de las pacientes, termine con esta práctica en los hospitales españoles. El objetivo es que en su lugar se apueste por respetar los tiempos de cada madre y su bebé, que se permita a la mujer moverse con libertad en el paritorio o elegir posturas más cómodas, como la posición vertical, decisiva por la fuerza de la gravedad.

El colectivo de matronas y de enfermeras lleva también años discutiendo sobre la conveniencia de una práctica que no se enseña en la facultad, que no aparece en los manuales, sino cuya práctica se aprende en los paritorios. Cristobal Rengel, enfermero, es autor del último artículo sobre la Kristeller para la Federación de Asociación de Asociaciones de Matronas de España. Entre sus conclusiones destaca la necesidad de acometer estudios sobre los efectos reales de esta técnica, que debería de quedar registrada en los historiales para poder mejorar el protocolo de los partos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento