Reclaman "mayor inclusión social" para las personas que sufren autismo

  • Este miércoles se celebra el día internacional de concienciación sobre el autismo.
  • Los expertos aseguran que los que lo padecen "necesitan una inclusión real, no impuesta, es decir, que se sientan partícipes".
  • Además, las personas autistas pueden llegar a desarrollar un nivel de funcionamiento "bastante autónomo".
  • ENCUENTRO DIGITAL: Javier Tamarit, experto en autismo.
  • BLOG: No usar la palabra autismo en vano.
Un niño con autismo realiza un ejercicio con un monitor.
Un niño con autismo realiza un ejercicio con un monitor.
Federación de Autismo de Madrid
Un niño con autismo realiza un ejercicio con un monitor.

Con motivo de la celebración este miércoles, 2 de abril, del día internacional de concienciación del Trastorno de Espectro Autista (TEA), Juan José López, el director del Centro Leo Kanner, centro especial para personas con autismo, ha valorado de forma positiva, la evolución del trastorno y la mejora de su tratamiento pero ha querido hacer un llamamiento para que se fomente "la inclusión, de las personas que sufren autismo, en la sociedad".

El director del centro ha recalcado que parte importante del tratamiento es sentirse incluido en la sociedad. "En el caso del autismo, ellos también necesitan una inclusión real, no impuesta, es decir, que se sientan partícipes. Aunque tienen un proceso de la realidad diferente, dentro de esa diferencia, necesitan una serie de apoyos y necesidades para sentirse incluidos en la sociedad".

Según López, los autistas "deben tener el mismo día que el resto de personas, sólo que teniendo en cuenta las características que tienen". Dichas características se incluyen en los tres campos que intervienen en el trastorno: la interacción social, la comunicación y la imaginación. Y para ello, es necesario, desde el punto de vista de López, tener un tratamiento continuo de apoyo, tanto en el nivel infantil como a nivel adulto, con centros educativos, o de día, dependiendo la edad de la persona afectada.

López también ha constatado que a nivel de diagnóstico precoz, se ha determinado que en la actualidad, "una de cada 175 personas sufren autismo, aunque el dato varía según el país y los instrumentos que se utilizan". Sin embargo, es un trastorno que no tiene cura, por lo que todos los instrumentos sólo sirven para "una mejora que se hace a través de un tratamiento psico-educativo".

El autismo "es el gran desconocido" en la investigación porque "aún no se conoce un origen firme", ha indicado López, que también ha explicado que lo único que se sabe con certeza es que "es un trastorno evolutivo que afecta básicamente al sistema nervioso central", aunque también se habla que "está relacionado con los factores biológicos, genéticos e incluso ambientales".

Detección precoz

La vocal de la Discapacidad del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia, María Pilar Mendieta, ha recomendado a los padres y familias acudir a una consulta profesional si detectan que sus hijos, sobre los 18 meses de vida, presentan un retraso en el lenguaje, en la interacción o en la mirada que tienen que compartir con otras personas, no responden a sus nombres o quedan imbuidos en sus juegos.

En este sentido, advierte que el Trastorno del Espectro Autista es un cuadro clínico cuya incidencia "ha aumentado muchísimo en los últimos años", llegando a triplicarse en los últimos 10 o 15 años. No obstante, los investigadores achacan este incremento al hecho de que hay mucha más información y herramientas diagnósticas.

En concreto, los pediatras y profesores de Educación Infantil han sido informados sobre los signos y rasgos que tienen que observar, y derivan a los servicios muchos más niños que antes.

Mendieta explica que el síntoma principal que alerta del síndrome es un problema en la comunicación y en la interacción, aunque reconoce que es difícil de detectar en la infancia. Entre los 18 y los 24 primeros meses de vida, los pediatras acostumbran a decir a los padres que el niño "ya hablará", porque se confunde de forma aislada con un retraso en el lenguaje, puesto que hay niños que hablan antes y otros que lo hacen después.

Vida autónoma

Mendieta explica que el término adecuado para referirse a este síndrome es Trastorno del Espectro Autista (TEA), que aborda desde casos muy leves a otros que son "bastante graves", y lamenta que el término 'autismo' "haya hecho mucho daño por falta de información a la población en general, transmitiendo la imagen que ofrecen las películas y los medios de comunicación".

Al contrario, lejos de estigmas, esta psicóloga explica que hay autistas "con un alto rendimiento y con un nivel de competencia bastante normalizado y que puede integrarse perfectamente", hasta otros casos con "conductas muy problemáticas con los que hay que actuar con estrategias específicas, ateniendo a la familia".

En este sentido, remarca la importancia de sensibilizar a la población para que vea con normalidad a una persona que "puede estar diagnosticada de autismo y que, en lugar de dirigirse a otros con la palabra, puede hacer uso de su agenda con pictogramas para comunicarse y que, en ocasiones, se puede poner nervioso en situaciones desconocidas o novedosas".

Los profesionales no llaman a estos trastornos enfermedades, porque la población entiende que las enfermedades se curan. Sin embargo, el TEA es una característica de la persona que lo padece, y tiene un comportamiento distinto al considerado "normal", es decir, al que tiene la mayoría.

Por tanto, el TEA "no se cura", pero Mendieta subraya que un diagnóstico precoz "es importantísimo" porque ayuda a estructurar el funcionamiento del paciente, y evita que arraiguen comportamientos "muy disfuncionales", transformándolos y hasta erradicándolos.

Quien padece TEA puede llegar a desarrollar un nivel de funcionamiento "bastante autónomo", según Mendienta, quien explica que algunas de estas personas pueden valerse del lenguaje y otras necesitan el apoyo visual y funcionan con pictogramas o con signos.

En este sentido, celebra que la Comunidad Autónoma ha puesto en marcha un protocolo para el Trastorno del Espectro Autista en el que están implicados los sistemas educativo y sanitario, a través de la Consejería de Educación, Universidades y Empleo y la Consejería de Sanidad.

Gracias a este sistema, que fue puesto en marcha en 2013, las familias pueden realizar sus consultas al pediatra o al centro educativo, poniendo en marcha todo un protocolo de actuación que está "bien diseñado" y que es "muy novedoso".

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