La placenta de la madre podría indicar el riesgo de un niño de desarrollar autismo

  • Los pliegues anormales de la placenta y células anormales de crecimiento son marcadores clave para identificar a los recién nacidos en riesgo de autismo.
  • Una placenta con cuatro o más células anormales predice una probabilidad del 96,7% de estar en riesgo de padecer autismo.
  • Hasta ahora el mejor marcador precoz de riesgo es la historia familiar.
Imagen de una embarazada.
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Imagen de una embarazada.

La medicina busca siempre los síntomas; leer los signos de una enfermedad presente o naciente. En el caso del autismo, el mejor marcador precoz de riesgo es la historia familiar, por lo que parejas con un niño con autismo tienen nueve veces más probabilidades de tener otro hijo con el trastorno.

Ahora, investigadores norteamericanos han logrado dar con un marcador más exacto. Un equipo de la Escuela de Medicina de Yale (EE UU) asegura que la placenta de la madre indica el riesgo de un niño de desarrollar autismo.

Los investigadores han descubierto la manera de medir el riesgo de un niño de desarrollar autismo mediante la búsqueda de anomalías en la placenta al nacer, lo que permite un diagnóstico precoz y el tratamiento para el trastorno del desarrollo.

El autor principal, Harvey Kliman, junto a colaboradores del Instituto MIND de la Universidad de California-Davis, han encontrado que los pliegues anormales de la placenta y células anormales de crecimiento llamadas inclusiones trofoblásticas son marcadores clave para identificar a los recién nacidos que están en riesgo de autismo.

Inclusiones trofoblásticas, marcador clave

Kliman y su equipo examinaron 117 placentas de recién nacidos de familias en situación de riesgo, los que tienen uno o más hijos previos con autismo, que participaban en un estudio llamado Los marcadores de riesgo de autismo en bebés-Aprender los primeros signos. Compararon estas placentas en situación de riesgo con cien placentas de control recogidas por los investigadores de UC Davis de la misma área geográfica.

Las placentas de riesgo tenían un máximo de 15 inclusiones trofoblásticas, mientras que ninguna de las placentas de control contenía más de dos inclusiones trofoblásticas. Kliman explica que una placenta con cuatro o más inclusiones trofoblásticas predice de forma conservadora una probabilidad del 96,7% de estar en riesgo de padecer autismo.

El experto –cuyo estudio publica Biological Psychiatry– recuerda que hasta ahora "las parejas sin susceptibilidad genética conocida deben confiar en la identificación de los signos o indicadores tempranos que pueden no manifestarse abiertamente hasta segundo o tercer año de vida del niño".

Kliman espera que el diagnóstico del riesgo de desarrollar autismo mediante el examen de la placenta al nacer se convierta en rutina y "que los niños que han demostrado tener un mayor número de inclusiones trofoblásticas sean sometidos a intervenciones tempranas y tengan una mejor calidad de vida como resultado de esta prueba".

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