Condado de Treviño: por los desfiladeros del Ebro

  • Treviño está rodeado de desfiladeros ocasionados por afluentes del Ebro.
  • En Las Gobas están los refugios de eremitas labrados mejor conservados.
  • Esta ruta permite saborear lo mejor de la gastronomía burgalesa y vasca.
Una panorámica del pueblo de Treviño.
Una panorámica del pueblo de Treviño.
WIKIPEDIA/Ardo Beltz
Una panorámica del pueblo de Treviño.

Un anfiteatro rocoso formado por la acción de los afluentes del Ebro es la frontera natural del Condado de Treviño. Esta anomalía histórica (una porción de Burgos en territorio de Álava) también es un territorio de gran belleza natural, todavía poco conocido por quienes no lo han visitado.

El Condado de Treviño está unido a la provincia de Burgos desde que, en el año 1200, se incorporó al Reino de Castilla. Al igual que ocurre con su comarca gemela de la Ribera del Ebro, Treviño está rodeado de desfiladeros ocasionados por la acción de varios afluentes del río Ebro.

Procedentes de Miranda de Ebro, se llega a la ermita de San Formerio en Pangua, en San Esteban de Treviño. Es el inicio de la ruta por el Condado de Treviño.

La primera parada importante es La Puebla de Arganzón, que llama la atención por su trazado medieval. Este pueblo está situado a orillas del río Zadorra, que nace en las montañas del noreste de Álava y acabará desembocando en el Ebro en Miranda.

Por carreteras poco transitadas

Desde este punto, la carretera BU-P-7442 se adentra por las tierras condales. Se pueden visitar varios pueblos de interés, como Muergas, Ozana, Doroño y, sobre todo, Cucho. Esta aldea fue famosa por las aguas medicinales de su balneario.

La llegada a Treviño permite disfrutar de su ubicación en la falda sur de un cerro, en el que se alzan poderosos su castillo y la torre barroca de la iglesia parroquial. Destacan también el edificio del Ayuntamiento, que se asienta sobre el antiguo palacio señorial de los Manrique de Lara.

A partir de aquí, es la vega del río Ayuda, afluente del Zadorra, la que marca los siguientes tramos del camino. Tras dejar atrás Uzquiano y su peculiar ermita con dos portadas tardorrománicas, se llega a San Vicentejo, donde se puede visitar la ermita románica de la Concepción, de una sola nave, con la portada orientada al sur y un bello ábside semicircular.

La ruta continúa por Fuido y Albaina. Se divisan desde la carretera refugios de eremitas labrados en piedra, algunos de la época visigoda. En Las Gobas están los mejor conservados.

Desfiladero del río Ayuda

Desde Páriza, la ruta vuelve a desviarse hacia al norte, siguiendo el curso del desfiladero del río Ayuda. Se puede hacer por carretera, aunque también hay una ruta de senderismo, aconsejable para poder conocer en su integridad la belleza de este paraje. La estrecha garganta del Ayuda contrasta con los bosques de hayas, robles y tejos, como el que domina el barranco de Arrola.

Después hay que retomar la carretera BU-741 hasta el pintoresco pueblo de Obécuri, ya a un paso de la frontera con el territorio de Álava.

Esta ruta permite saborear lo mejor de dos gastronomías: la burgalesa y la vasca. Destacan productos autóctonos, como las alubias y la morcilla, la carne de caza, o platos como los caracoles o la “olla podrida”. Para probar esta cocina, se puede comer en alguno de los restaurantes del camino. Pero merece la pena llegarse hasta Miranda de Ebro, con establecimientos como La Vasca (tel.: 947 311 301) o Neguri (tel.: 947 322 512).

Mostrar comentarios

Códigos Descuento