[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE EL CAMINO: UNA PELÍCULA DE BREAKING BAD]
Walter White, también conocido como Heisenberg, se ha ganado a pulso (o a producción de metanfetamina) su lugar entre los personajes más queridos de la pequeña pantalla; ese Olimpo de los Dioses televisivos en el que están Tony Soprano y Omar Devone Little, entre otros. De profesor de química en un instituto de Albuquerque a enfermo de cáncer metido a narcotraficante, el personaje interpretado por Bryan Cranston siempre será "el tío que llama", "el peligro", ese cuyo nombre debes decir.
La última vez que lo vimos en Breaking Bad, el bueno Walt se desangraba en el suelo después de haber liberado a golpe de ametralladora a su exalumno Jesse Pinkman (Aaron Paul) de la pandilla neonazi de Jack Welker (Michael Bowen). Tocaba decir adiós definitivamente al carismático antihéroe. O eso pensábamos.
El Camino: Una película de Breaking Bad, que continua la historia de Pinkman justo después de su liberación, nos ha devuelto a su mentor en uno de los flashbacks más emotivos del filme. Cranston ha compartido ahora un vídeo en redes en el que muestra esta última transformación en White:
I don’t know why filming takes so long, I became Walter White in less than a minute. Thanks to: Cheri Montesanto: Department Head of Make Up and Special Makeup Fx Garrett Immel: Prosthetic Make Up Artist for Bald Cap Laverne Munroe: Key Make Up Artist@netflix #elcamino pic.twitter.com/nMfKqXVfR2 — Bryan Cranston (@BryanCranston) 21 de octubre de 2019
"No sé por qué un rodaje lleva tanto tiempo, me convertí en Walter White en menos de un minuto", ha escrito el intérprete junto al vídeo, en un mensaje en el que también ha agradecido su trabajo al departamento de maquillaje y peluquería.
Cameo esperado
Era una de las grandes preguntas: ¿Estaría Walter en El Camino? Y la respuesta, afortunadamente, ha resultado ser sí. En el reencuentro entre Jesse y Walt, maestro y alumno se sientan frente a frente en un dinner, en un flashback que nos lleva a la primera o la segunda temporada de la serie. Menos sencillo fue rodar este encuentro: el equipo, no contento con trasladar a Cranston en un avión privado a Nuevo México y evitar que se viera a los protagonistas juntos por las calles de Albuquerque, tuvo que echar mano de familiares cercanos para la secuencia en el dinner.
Tal y como nos contaba Aaron Paul, más allá de lo anecdótico de la situación, fue un momento especial para él, que volvía a rodar con su mejor aliado por primera vez en seis años: "Fue tan genial cuando Bryan apareció allí. Me recordó lo bien que él y yo trabajábamos juntos. Lo maravillosos que son estos personajes a la par, lo fantásticos que eran sobre todo en sus inicios".
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