Registro de dominios: entre abogados e informáticos

El valor de la velocidad: El primero en llegar es el que consigue el dominio, y si alguien tiene algo en contra, tendrá que acudir a los tribunales. Así funciona la cosa...

Desde que nacieron los dominios la Red se topó con la ley, en este caso con la

legislación de propiedad industrial encarnada en las marcas. ¿Quien registra

20minutos.es, o cualquier otra marca registrada? Si es necesario demostrar de

antemano la posesión de cualquier palabra que se quiera registrar como dominio,

el proceso puede ser largo, caro y lento. Si no se pide ninguna certificación,

el primero que llegue puede registrar cualquier cosa...

Para el primero El conflicto salió a la luz pública en el número de octubre de 1994 de la revista Wired, cuando su periodista Joshua Quittner registró el dominio McDonalds.com y empezó a usar la dirección de correo ronald@mcdonalds.com.

La política en los gTLDs (sobre todo los dominios .com) siempre fue de el primero que llega, se lo lleva, y si hay problemas que lo arregle los tribunales. Eso conllevó innumerables enfrentamientos legales entre empresas, propietarias de marcas comerciales, y gentes que había registrado esas marcas como dominios. Algunos de buena fe, por simulitudes fonéticas o de nombre. Otros con intenciones crematísticas: los llamados ciberokupas, que acumulaban miles de marcas con la esperanza de transferírselas a sus legítimos propietarios, por una suma.

El clásico caos de jurisdicciones de la Red facilitó la tarea a estos aprovechados, que raramente eran forzados judicialmente a ceder su botín. En 1998 la autoridad sobre el DNS pasó de una empresa privada subcontratada por el gobierno EEUU a una ONG llamada ICANN, que a lo largo del siguiente año creó e instauró un nuevo sistema de resolución de conflictos por medio de un arbitraje obligatorio, lo cual ha reducido la actividad de los ciberokupas.

Mejor nombre propio Tener un dominio propio es algo muy recomendable en la Red, especialmente para las empresas, pero también para bloggers o incluso familias. Y conseguirlo no es tan difícil, ni caro. El primer paso es decidir qué dominio desea uno. El nacional español .es, por ejemplo, puede ser atractivo, pero de momento tiene sus inconvenientes; aunque el papeleo que antaño se pidió ya no es necesario, sigue siendo caro (aunque eso va a cambiar pronto).

Los genéricos .com o .net son baratos y fáciles de conseguir, aunque su mismo éxito hace que tener libre el término deseado sea difícil. Otros genéricos (.org, .aero, etc) sólo está disponibles para determinados colectivos o industrias. El genérico europeo .eu abrirá pronto, pero se conoce poco de sus características y utilidad. En caso de no encontrar lo que se busca, un TLD menos común (como el .tv de Tuvalu, o el .to de Togo) pueden tener vacante el término deseado. De dónde sea el dominio no afecta a su utilidad.

¿Libre u ocupado? El siguiente paso es comprobar que el término está libre. Para ello hay que ir al registro correspondiente y consultar su base de datos Whois. Servicios como Allwhois, que pregunta a multitud de registros a la vez, pueden ahorrarnos tiempo.

Si el dominio que nos interesa no está disponible, el registro nos dará los datos del actual propietario. El siguiente paso es la compra. Si ese trata de un dominio nacional tendrás que ir al registro correspondiente; en el caso de dominios genéricos hay numerosas empresas que prestan el servicio de intermediación (registradores), con precios y servicios de renovación y aviso diferentes, que conviene comprobar.

En general los dominios nacionales son más caros que los genéricos, y los españoles son de los más caros del mundo por el momento. Los precios pueden oscilar entre los 6-7 euros al año de algunos registradores .com a los 100 euros anuales del .es (37 para particulares).

En la mayoría de los casos no hace falta siquiera disponer de una dirección IP a la hora de comprar un dominio; éste puede 'aparcarse' a la espera de conocer este dato. Una vez instalado, el nuevo dominio puede tardar unos días en 'propagarse' por el DNS y estar completamente operativo. A partir de entonces conviene vigilar la caducidad; no sería la primera vez que una empresa se queda sin página web por olvidar renovar su dominio.

Muchos registradores ofrecen servicios integrales de gestión, que incluyen no sólo la compra sino el mantenimiento y renovación de dominios, con ofertas especiales para empresas. De modo que anímate: tener tu propio nombre en la Red no es una entelequia.

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