James Gandolfini muere a los 51 años

"Estamos todos perplejos y sentimos una gran tristeza por la pérdida de alguien que es parte de nuestra familia". Así empieza el texto con el que HBO ha comunicado la desgarradora noticia de la muerte del actor James Gandolfini tras sufrir un infarto de corazón durante sus vacaciones en Italia, pero también es lo que podemos sentir todos nosotros. Mediante su multipremiada (3 Emmy, un Globo de Oro) interpretación de Tony Soprano, el patriarca de Los Soprano, el actor de 51 años se había ganado a pulso un lugar privilegiado en la memoria colectiva.

Nacido en Westwood (Nueva Jersey) en 1961, Gandolfini se encontraba de vacaciones con su familia (su mujer Deborah Lin, su hija de un año y un hijo adolescente de un matrimonio anterior) en Roma, desde donde pretendía acudir al Festival de Cine de Taormina, en Sicilia. Después de pequeños roles secundarios en películas como Una extraña entre nosotros (Sidney Lumet, 1992), Amor a quemarropa (Tony Scott, 1993), Cómo conquistar Hollywood (Barry Sonnenfeld, 1995) o Perdita Durango (Álex de la Iglesia, 1997), en 1999 consiguió el papel de Tony Soprano en la serie de David Chase para HBO y todo cambió. No sólo su carrera y caché (llegó a ganar 1 millón de dólares por episodio), sino la historia de la televisión norteamericana: a lo largo de sus seis temporadas, Los Soprano (1999-2007) puso las bases de la época de esplendor de ficción televisiva en la que seguimos. Y Tony Soprano era su buque insignia: el mafioso de Nueva Jersey era un protagonista negativo pero indudablemente carismático, tan brutal y amoral como débil; un personaje poliédrico y complejo del que Gandolfini extraía oro tanto en sus momentos de violencia como en los de fragilidad o humor.

Aunque quedó marcado para siempre por el papel de Tony, el actor también se dejó ver en la gran pantalla durante el desarrollo de la serie en pequeños caramelos, como en The Mexican (Gore Verbinski, 2001); o trabajando con los Coen, en El hombre que nunca estuvo allí (Joel & Ethan Coen, 2001). Después de Los Soprano siguió luciéndose en papeles secundarios, particularmente memorables en los casos de la brillante comedia británica In the Loop (Armando Iannucci, 2009) o el asesino alcohólico y putero de Mátalos suavemente (Andrew Dominik, 2012). ¡Y no olvidemos que le puso voz a Carol, el monstruo principal de Donde viven los monstruos (Spike Jonze, 2009)! Junto a La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012) y la comedia de magos The Incredible Burt Wonderstone (Don Scardino, 2013), uno de sus últimos trabajos fue la esperada reunión con el director David Chase en Not Fade Away (2012), el primer largometraje del creador de Los Soprano.

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