"¡Este 'remake' es una basura!"

¿Cómo ajustan las cuentas los directores de cine cuando alguien osa rehacer sus películas? Pues poniendo a parir las nuevas versiones: aquí tienes unos ejemplos.
"¡Este 'remake' es una basura!"
"¡Este 'remake' es una basura!"
"¡Este 'remake' es una basura!"

Como sabemos, el cine actual está lleno de remakes y nuevas versiones. Y, sorprendentemente, algunos incluso son buenos: de los demás ya se encargan las críticas, suponiendo que sigan contando para algo, y muchas veces también el público, dándoles la espalda. Ahora bien, ¿qué opinan los autores o los intérpretes de las películas originales cuando les preguntan por las nuevas versiones? Pues, en la mayoría de los casos, más bien poco... Y en términos poco amables, porque si algo sobra en el mundo del celuloide es el ego en estado puro. A continuación hemos reunido ejemplos de cineastas ajustando las cuentas con esos mequetrefes que se atrevieron a repetir sus filmes, con lo bien que les habían quedado a ellos los suyos.

Gene Wilder y Charlie y la fábrica de chocolate

La pataleta: Traducida a veces como Un mundo de fantasía, y otras como Willy Wonka y la fábrica de chocolate, la cinta de 1978 con Wilder en el papel de chocolatero demente fue la primera adaptación de la novela de Roald Dahl. Y, aunque la apreciación crítica de este filme es fluctuante cuanto menos, el actor afirma preferirlo mil veces a la nueva versión rodada por Tim Burton. "Probablemente es un insulto de parte de Warner", apuntó Wilder recientemente. "Johnny Depp es un actor con talento, pero a mí el director no me dice nada", remacha. ¿Sentirá lo mismo el creador de Frankenweenie cuando revise El jovencito Frankenstein?

Ray Harryhausen y Furia de titanes 

La pataleta: La verdad, considerando las horas que debió invertir para que Bubo, Medusa, Pegaso y el Kraken se movieran en la pantalla, entendemos que al rey de las criaturas fantásticas no le dijese nada la nueva versión del clásico de 1981, pese a que él no figurase como director en los créditos. "Ni la he visto, ni la pienso ver: a veces, me pongo el dvd de nuestra película para verla en casa", comentó un Harryhausen ya nonagenario en 2010. A continuación, Ray se mostró más diplomático: "Me siento honrado de que rueden un remake, pero también es un poco decepcionante que piensen que Furia de titanes ha envejecido mal: cuando me dieron el Oscar honorífico, dijeron que mis películas 'superaban la prueba del tiempo'. Si eso es cierto, entonces un remake es innecesario".

Paul Verhoeven y Desafío total

La pataleta: Tras sortear la censura, los desplantes de Sharon Stone y las complicaciones que conlleva adoptar un proyecto de segunda mano (sobre todo si la primera mano es la de David Cronenberg), el holandés Verhoeven quedó orgullosísimo de su versión de Desafío total. De modo que, cuando el remake protagonizado por Colin Farrell llegó a los cines el año pasado, sacó la artillería pesada para defender su obra, y la de Schwarzenegger: "La presencia de 'Arnie' en mi película le dio un punto de ligereza, algo que es importante cuando adaptas a Philip K. Dick [autor del relato original]", comentó el director. "Si la hubiéramos hecho en serio, Desafío total no hubiese funcionado, y desde luego el remake no funciona". ¿A qué venía tanta mala baba? Verhoeven nos lo explica: "Los productores de la original [Toby Jaffe y Neal Moritz] dijeron que mi versión era muy petarda, y Farrell la llamó 'kitsch' en una entrevista, así que yo puedo decir que la suya es mala".

Andrew Lau e Infiltrados

La pataleta: Será por cosas de la ancestral cortesía oriental, pero el autor de la hongkonesa Juego sucio y sus secuelas no se mostró muy dolido por que a Martin Scorsese le dieran el Oscar gracias a un remake de esas tres películas. Eso sí, le regaló un caramelito envenenado en forma de declaración: "Pienso que la mía es mejor, por supuesto, pero la de Scorsese tampoco está mal", indicó Lau para después añadir que 'Marty' "hizo un buen trabajo adaptando la historia a la cultura estadounidense". El actor protagonista de Juego sucio, Andy Lau (sin parentesco con el anterior) se cortó menos: "Infiltrados es demasiado larga y confusa, se nota que han resumido tres entregas en una sola película", dijo. Y sentenció: "Si la nuestra es un 10, la suya es un 8".

Mike Hodges y Get Carter

La pataleta: Al igual que Ray Harryhausen, el hombre que convirtió a Michael Caine en Asesino implacable era ya un venerable anciano cuando la versión de su filme con Sylvester Stallone salió al mercado en 2000. Tal vez por ello, Hodges se atuvo a lo de "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". "No tengo ni idea de por qué rehicieron mi película: con el dinero que les costó hubieran podido rodar muchas historias originales", dijo, "pero por desgracia no pude impedir que lo hicieran". Más adelante, Hodges (que no se llevó ni un céntimo de derechos de autor por el remake), comentó su 'peculiar' relación con la Get Carter estadounidense: "Mi hijo me regaló el dvd, y una noche que había bebido un par de copas me decidí a ponerlo. Pero el disco estaba roto, así que lo tiré a la basura". A nosotros se nos da que el dvd de marras estaba en buen estado, y que lo que fallaba era otra cosa.

Akira Kurosawa y Por un puñado de dólares

La pataleta: Choque de genios habemus, lectores. Y un choque muy justificado, además, porque la primera entrega de la Trilogía del Dólar, la que convirtió a Clint Eastwood en el Hombre sin Nombre, era una versión pirata y encubierta de Yojimbo, cinta de samuráis filmada en 1961 por Kurosawa... Que a su vez se inspiraba en la novela Cosecha roja de Dashiell Hammett, algo más que basada en la obra Arlequín, servidor de dos amos del italiano Carlo Goldoni. Porque, como se suele decir, los buenos artistas homenajean, pero los genios roban. Ahora bien, Por un puñado de dólares es un filme magistral, con lo que el 'Emperador' del cine nipón se sintió al menos un poquito halagado: "La película de Leone es muy buena, pero es mi película", dejó caer Akira antes de resolver la cuita en un acuerdo extrajudicial.

Thomas Alfredson y Déjame entrar (Let Me In)

La pataleta: "Hay algo deshonesto en hacer un remake", fueron las palabras del director sueco cuando su cuento de niñas vampiresas y críos inadaptados se asomó de nuevo a los cines en 2010, cortesía del cineasta Matt Reeves. Alfredson nunca ha dicho si llegó a ver el remake o no, pero avisamos de que, antes del estreno, su opinión había sido menos beligerante. "Cuando me enteré de que iban a rodar de nuevo Déjame entrar me sentí inquieto, porque todavía estábamos moviendo mi película en el mercado: es como cuando otro tío saca a bailar a tu novia", declaró, para después añadir: "He oído que es una buena adaptación, cuando la estrenen iré a verla". Dadas sus agrias palabras posteriores, es posible que Alfredson cumpliera su promesa.

Abel Ferrara y Teniente corrupto

La pataleta: ¿Qué ocurre cuando una fuerza irresistible choca con un objeto inamovible? Pues, sospechamos, algo muy similar a lo que ocurrió cuando el director italoamericano la emprendió con Werner Herzog, a cuenta del (presunto) remake de su película de 1992. "Por mí, puede pudrirse en el infierno", sentenció el italoamericano cuando Herzog anunció que iba a rodar la película. A lo cual, el alemán replicó: "Si quiere pelearse contra los molinos de viento, como Don Quijote, por mí perfecto", antes de preguntarle al entrevistador quién era ese tal Ferrara. Ofendidísimo, faltaría más, el autor del original volvió a la carga: "Prefiero luchar contra los molinos antes que robarle las ideas a otro", exclamó Ferrara, para después arremeter contra el presupuesto de la nueva versión ("Nicolas Cage ha cobrado dos millones de dólares, y mi película no costó ni la mitad de eso") y llamar "chupapollas" al productor Ed Pressman. 

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