Han pasado 50 años desde que Pike Bishop (William Holden) dijera aquello de: “si se mueven, mátalos”, al inicio de Grupo salvaje. Han pasado 35 años desde que el hombre que los mató, el director Sam Peckinpah, muriera dejando tras de sí una leyenda de escándalos y una herencia cinematográfica de la que ha bebido todo el cine de acción que vino después.
Para celebrarlo, el canal TCM ha producido Peckinpah Suite, con dirección de Pedro González Bermúdez. Se trata de un repaso por la desaforada vida del realizador lejos de los platós y los sets de rodaje, cuando se retiraba a cazar y pescar en el remoto pueblo de Livingston (Montana). Hasta él llegamos de la mano de Lupita Peckinpah, hija del maestro y de la actriz Begoña Palacios, a la que conoció durante el rodaje de la fallida Mayor Dundee. Un viaje emocional tras el recuerdo de un padre al que apenas conoció (Lupita tenía 12 años cuando falleció).
“No suelo conceder muchas entrevistas sobre mi padre. Esta vez ha sido diferente porque todo cuadró y Pedro, el director, es una persona muy sensible. Para mí ha sido duro. Hablo de cosas íntimas. De un padre ausente. Pero creo que todo acaba con una sonrisa. Me siento en paz y tranquila de haberlo hecho”.
“¡Cuánto daría por trabajar con un director como mi papá! Él siempre tenía en la cabeza las películas súper claras, desde el día uno: cómo la iba a filmar, cómo la iba a editar… Ahora, muchas veces no hay la claridad de los directores de antes, porque se apoyan mucho en el director de fotografía o en la edición”.
“Una cosa que me gusta mucho de sus películas es el sonido, por ejemplo. Ahora están tan tratados digitalmente que no tienes la naturalidad de los sonidos de las películas de mi padre"
Las anécdotas: ¿Que no sabía quién era Bob Dylan? “Le gustaba jugar con la gente y manejaba mucho humor negro. Nadie sabe qué tanto era verdad… Pasaba algo curioso con mi papá: hizo muchos amigos muy entrañables. Si hablas con Kris Kristofferson, o si hubieras podido hablar con Steve McQueen, te habrían dicho que tenía muy buena relación con ellos, de corazón".
"Tenía una imagen de persona dura, pero se deprimía mucho cuando los productores tocaba su obra. Le costaba mucho. Él se entregaba por completo. Las películas eran sus bebés. Hoy seguro que habría sido mucho más feliz: habría montado su productora independiente, que fue lo que intentó hacer con Látigo Films y no consiguió”
“He pasado épocas muy peleada con el cine. Sobre todo a raíz del nacimiento de mi hija. Pero es lo que sé hacer y lo que me llena. Sé lo sacrificado que es porque lo viví en carne propia”
Lupita trabaja hoy como directora de vestuario en la industria cinematográfica. “Se fijaba hasta en el último extra. Era muy duro en el trabajo, pero yo conocí a los vestuaristas de Grupo salvaje y me dijeron que lo admiraban mucho, que no era el típico pesado ni complicado… pero sí que les hizo sufrir, seguro. Era uno de esos directores que se involucraba mucho en cada detalle, ya fuera el vestuario, la foto o el arte para que todo quedara impecable”.
“Estamos en negociaciones con Félix Tusell para ver si se puede sacar adelante ese proyecto. El ok de Gonzalo ya está. Lo tenemos que hablar entre los hermanos que, siendo cinco, es complicado. A mí me encantaría, claro”.
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