El mejor paciente de cuatro patas

Los labradores son una de las razas más buenas y tranquilas, pero este perrete es un caso extremo. Le sujetan la pata, le pinchan, le sacan sangre y le aprietan en la herida, y él sin moverse, y con cara de no haber roto un plato en su vida. Lo mejor, que el veterinario al acabar le da dos besos para felicitarle, y el can le mira como diciendo: "No lo entiendo, si no he hecho nada raro".