El pequeño Rubén quedó atrapado en una cerradura y tuvo que ser intervenido por los bomberos, en Alcalá de Guadaira (Sevilla). El niño metió la mano en los cuatro orificios del mecanismo de metal y sus dedos encajaron como un guante, lo que le produjo una inflamación que le impediría separarse de la cerradura. Para terminar con el pesar del jóven, cinco bomberos actuaron mediante una operación milimétrica con la que consiguieron completar el rescate. Normalmente, este tipo de sucesos se producen con anillos; no es común encontrarse con un caso como este, ya que no todo el mundo juega con este tipo de elementos a diario.