Un toro bravo como animal de compañía

Como si de un perro se tratara, Roberto solo tiene que llamarlo para que Carlitos responda a las órdenes de su dueño. Este toro bravo pesa casi 300 kilos, muchos toreros se juegan la vida delante de ellos, pero Carlitos, en las distancias cortas es uno más de la familia. Una historia que comenzó cuando el astado sólo tenía unos días. De esto ya han pasado casi 3 años. Un buen vigilante, pero no debemos olvidar que es un animal bravo. Una genética que alguna que otra ocasión les ha dado algún susto. Porque esta amistad que dura ya más de 2 años parece que va para largo.