Imágenes inéditas en una campaña electoral marcada por el coronavirus

Las elecciones en tiempos del coronavirus dejan escenas como la que ha protagonizado Pedro Sánchez, explicación mediante, rechazando dar la mano a un admirador. Aquellos besuqueos electorales a los líderes políticos son ya cosa del pasado. Desde estas elecciones es el codo el que cobra un protagonismo inusitado. Es el gesto responsable para saludar a los militantes y hasta para abrir o cerrar los mítines. Y la mascarilla, claro. Atuendo imprescindible en la búsqueda callejera del voto, pero de quita y pon en los actos electorales y más en estas circunstancias. Más complicado ha sido lo de cumplir las distancias. Ni el ministro de Sanidad se ha podido resistir a una foto de grupo. El candidato necesita mostrar cercanía con quienes le apoyan; no tanto con la prensa. También entre los seguidores. Los mítines ya no son una piña de militantes. Eso sí, los huecos entre sillas y butacas tienen la ventaja de llenar más fácilmente el auditorio. Otra sana novedad es el limpiador de atriles. Entre orador y orador se desinfectan los micrófonos. Eso sí, los mensajes que transmiten siguen siendo los mismos de siempre.