Cesado un guardia civil ebrio en Cádiz

Cuando el Guardia Civil llega en su coche patrulla los vecinos de este barrio de Cádiz ya notan algo extraño. Se planta en este bar sin estar de servicio pero con su uniforme y su arma reglamentaria. Hasta que el cuerpo dice basta y el capitán del grupo marítimo se tambalea y cae al suelo. En un evidente estado físico de embriaguez los vecinos, indignados, intentan impedir que coja el vehículo. Al comandante le cuesta expresarse y a los policías locales convencerlo pero lo consiguen. Uno de ellos, vean, le desabrocha el cinto para quitarle la pistola. Se lo llevan a la Jefatura y allí la prueba de alcoholemia da casi siete veces más que la tasa permitida. El capitán ha sido cesado en sus funciones y se le ha abierto un expediente por falta grave.