Contra viento y marea, rescate de Kiba

Kiba se escapó de su casa de acogida, la habían visto comiendo cerca de unos contenedores. Cualquier intento de acercamiento del equipo de rescate hacía que Kiba saliera corriendo, con el peligro que eso conllevaba, pues Kiba cruzaba carreteras sin mirar. Se dedicaron días y noches sin dormir a la vigilancia, la policía estaba al tanto. Hasta el séptimo intento de rescate no tuvieron éxito. En ERA necesitan socios y voluntarios para continuar su labor.