La UME trabaja contra reloj para devolver la normalidad al país tras el paso de la borrasca Filomena

A las nueve de la mañana, el equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), desplegado en Majadahonda y Las Rozas, lleva seis horas despejando vías y accesos a centros sanitarios e infraestructuras básicas. Seis horas de trabajo a la intemperie durante una madrugada en la que han vuelto a registrarse temperaturas bajo cero. El frío extremo está congelando las toneladas de nieve acumuladas desde el sábado, lo que está complicando las labores de limpieza y ha hecho que localidades como estas, en el noroeste de la Comunidad de Madrid, soliciten el apoyo de estos efectivos. Su presencia refuerza los esfuerzos de la red municipal.

​Aquí, como en gran parte del interior peninsular, cada vez son más los lugares transitables, pero cuatro días después de que dejara de nevar aún hay muchas calzadas y aceras convertidas en peligrosas pistas de patinaje. En pueblos pequeños, en urbes medianas y grandes e incluso en la ciudad de Madrid –donde solo se ha limpiado el 17% del callejero– moverse por determinados tramos sigue siendo una aventura, a pie y en coche.