Falta muy poco para alcanzar el 90 por ciento de la población completamente vacunada en España, pero los casos positivos al alza dentro y fuera del país, mantienen abierto el proceso de vacunación. 

Las comunidades desplazan operativos a grandes empresas, a puntos turísticos, como Benidorm, para facilitar a extranjeros con residencia, aunque sea temporal, poder inmunizarse frente a la COVID. Y desde luego no se tira la toalla para lograr que los rezagados por distintos motivos, quienes aún no se han puesto ni siquiera una dosis, más de 4 millones de personas mayores de 12 años, tengan la oportunidad, si quieren, de ponerse la vacuna. 

No son pocos los territorios que piensan en volver a imponer el pasaporte covid para acceder a interiores en locales de ocio, como ya había ocurrido en comunidades como la gallega. La vacunación no es obligatoria, pero sí pueden serlo medidas disuasorias.