Una generación de estadounidenses se pregunta para qué luchó en Afganistán

¿Mereció la pena tanto sacrificio? Esa es la pregunta -sin respuesta- que una generación de soldados estadounidenses se hace ante el ascenso al poder de los talibanes y la destrucción del modelo de sociedad occidental que intentaron construir en Afganistán.

Unos 800.000 jóvenes estadounidenses han luchado en la guerra de Afganistán desde su inicio tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Según el Pentágono, 2.352 han perdido la vida y más de 20.000 resultaron heridos, aunque las cifras podrían ser más altas debido a la dificultad de contabilizar los suicidios y los problemas de salud mental.