Con el miedo y los nervios todavía en el cuerpo, tras la odisea y el peligro solo para coger este avión, hombres y mujeres se aferran a los suyos después de dejarlo todo atrás. Dejan su país, su mundo, sus amigos, y parte de su familia. 
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La tristeza de irse y la esperanza por encontrar una vida mejor, o al menos una vida a salvo, patente en sus rostros. Las madres abrazan con fuerza a sus hijos tras la tensión y el horror de los últimos días. 

Hoy llegan 110 personas, entre ellas, tres familias al completo, que han trabajado en la embajada española o la capitana del equipo paralímpico de baloncesto. Muchos pedirán quedarse aquí. Para otros, España será solo su puerta de entrada a Europa. 

Por eso mañana estarán en las instalaciones de la base aérea de Torrejón los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo junto a Pedro Sánchez: Para diseñar ese plan de repatriación conjunta, una vez salgan de este centro de acogida temporal.