Los videojuegos buscan nuevas fórmulas para atraer aficionados. A medio camino entre la narrativa y el videojuego, y con influencia de películas como Bagdad Café, Hotel Dusk: Room 215, plantea una historia que tiene más de novela que de juego, aunque mezcla elementos de ambos lados.

El argumento tiene como protagonista a Kyle Hyde, un ex policía de Nueva York con una vida de antihéroe que ahora se gana la vida con un mísero trabajo de viajante. Citado en un motel de carretera, tendrá que desentrañar una maraña de mentiras mientras se va implicando emocionalmente en la trama.

Aunque la acción también juega un papel importante en esta novela interactiva, sus desarrolladores hacen hincapié en que se han centrado en los diálogos, la ambientación, la música y la propia historia, ya que sin esos elementos el título perdería parte de su faceta innovadora.

No se descarta que salgan videojuegos de este tipo para otras consolas portátiles, con la peculiaridad de que cada una de ellas tendrá que adaptar las opciones añadidas de este tipo de historias a sus propias posibilidades.

En este caso, la pantalla táctil es fundamental para avanzar en el argumento, tanto para moverse por los escenarios como para tomar las notas con las que resolver los casos.

Además, cerrando la consola se consigue que los dos personajes que aparecen en las pantallas se besen. El juego ofrece varios finales y distintos desarrollos, al más puro estilo de los libros Elige tu propia aventura.

Otros usos. Algo más que juegos

No es la primera vez que los fabricantes de dispositivos se esfuerzan en convertir sus portátiles en algo más que dispositivos para jugar.

Sony ya lo hizo con el lanzamiento de unas guías de viajes para su consola portátil PSP, aunque no ha sido ésta la única propuesta.

Los títulos para aprender idiomas han salido tanto en PSP como en DS, y a ellos se suman otros para aprender a cocinar. Esta oferta alternativa se completa con opciones de navegación a través de Wi-Fi y posibilidades de utilizar la consola como un reproductor de MP3 y vídeo.

Por su parte, las consolas de sobremesa también han optado por añadir prestaciones más allá de los videojuegos, como la navegación sin cables, convertirse en un media center o integrar las últimas propuestas en lectores de alta definición.