Danone, Kleenex o papel albal son solo tres ejemplos de marcas que se utilizan para denominar a productos como yogures, pañuelos o el papel de aluminio, respectivamente. El poder o la presencia que tienen ciertas compañías termina derivando en que se use su nombre como un término más genérico.

Esto podría parecer una forma sencilla -y gratuita- de promocionarse, pero algunas empresas pueden no verlo tan positivo. Es el caso de Nintendo América, que en 1990 difundió unos carteles promocionales abordando este tema.

Muchas personas, sobre todo si son de generaciones más mayores, llaman o llamaban "Nintendos" a los videojuegos, tanto a las consolas como a los cartuchos. Y 'la gran N' tenía una petición para todos ellos.

NINTENDO

"No existe algo como una Nintendo", señalaba el mensaje. "Existe la Nintendo Entertainment System [NES]. Existen los juegos de Nintendo [...] Pero no hay nada conocido como una Nintendo".

"'Nintendo' es un adjetivo, no un nombre. Es nuestra marca registrada que identifica la alta calidad de nuestros productos comercializados y licenciados", avisaban. "Así que, por favor, usad nuestra marca con cuidado. Y nunca la utilicéis genéricamente para describir todos los videojuegos. Os lo agradecemos. Mario os lo agradece".

En su día, parecía una petición incluso arrogante, pues no dejan de pedir que se le diera el valor que merece a la palabra Nintendo. Sin embargo, tiene un motivo detrás, y no es otro que las leyes.

"No se adquirirá ningún derecho indiscutible sobre una marca que sea el nombre genérico de los productos o servicios o una parte de los mismos, para los cuales está registrada", señala la sección 15, cláusula 4 de la Ley de Marcas Fritz G. Lanham de Estados Unidos de 1946.

Tal y como señala NintendoLife, que la palabra Nintendo se convirtiese en algo genérico impediría que siguiera siendo una marca registrada y cualquiera pudiera reclamar su uso y sus derechos.