
No son pocos los valores positivos que se atribuyen a los videojuegos. Diversos estudios aseguran que pueden favorecer el aprendizaje, mejorar la capacidad de respuesta, fomentar el trabajo en equipo, desarrollar el pensamiento estratégico, perfeccionar la orientación y la percepción espacial y estimular la atención, la memoria y, sobre todo, la creatividad.
Este factor creativo se aprecia sobremanera en los juegos que ofrecen amplias opciones de personalización. ¿Quién no se ha pasado más tiempo diseñando casas en Los Sims que propiamente jugando?, ¿o creando personajes en Soul Calibur, Mass Effect o Spore?
Pero esas mentes inquietas que buscan dar rienda suelta a su imaginación tienen opciones aún mejores para desarrollar sus aptitudes: los videojuegos de creación de videojuegos.
Por un lado, existen herramientas muy completas tan populares como RPG Maker, Stencyl o Godot, aplicaciones más o menos complejas que exigen una predisposición autodidacta del usuario. Por otro, algunas compañías han intentado convertir el proceso de creación de videojuegos en una actividad lúdica en sí misma. Eso es lo que ha hecho Nintendo con Estudio de videojuegos para Nintendo Switch, que vio la luz en edición digital el pasado mes de junio y que sale en formato físico este viernes.
Un proceso tan complejo como el diseño y la programación de videojuegos se hace accesible aquí a todo el mundo, niños incluidos, sustituyendo las farragosas líneas de código por una interfaz muy visual que tiene como protagonistas a los nodon, unos 80 peculiares seres con personalidad y funciones diferenciadas (nodon de botón, de movimiento, de persona, de temporizador, de efecto visual...) que, al combinarlos, permiten crear juegos de plataformas (de avance lateral o en 3D), de naves, de carreras, de puzles o de habilidad, entre otros géneros.

Para no empezar a trabajar en frío, Estudio de videojuegos propone una especie de tutorial que es a la vez un cursillo intensivo y un pasatiempo en sí mismo, se trata de una serie de puzles ideados para enseñar, mediante retos de pensamiento lógico, cómo funcionan y qué posibilidades tiene cada uno de esos nodon.
Un ejemplo: el personaje debe cruzar un puente para coger una manzana, pero la plataforma central se cae nada más empezar. ¿Solución? Modificar las características (el nodon) de dicha plataforma e impedir que se mueva. De ese modo, no caerá, el puente permanecerá intacto y el héroe podrá llegar hasta su objetivo.

Después, ya con las nociones básicas aprendidas gracias a estas lecciones (siete en total compuestas cada una de ellas por varios retos), es hora de ponerse manos a la obra con el modo de programación libre. Ahí, el límite tan solo lo ponen la imaginación y el ingenio del jugador.
Pero son muchos factores los que hay que tener en cuenta a la hora de crear: ¿en qué dirección y a qué velocidad debe avanzar la pantalla?, ¿tiene movimiento independiente o debe seguir al personaje principal?, ¿cómo se comportan los enemigos?, ¿qué hay que hacer para vincular una puerta de entrada con una de salida?, ¿cuáles son las condiciones de victoria?, ¿y las de derrota? Todas estas cuestiones, cuya resolución requiere un gran trabajo en programación convencional, se simplifican para que cualquiera, no sin cierto esfuerzo, pueda dar vida a sus ideas.

Además, como sucedía con los niveles de Super Mario Maker, cuando uno queda satisfecho con sus creaciones tiene la posibilidad de compartirlas con otros jugadores vía internet. Para ello tan solo hace falta el ID del juego o el ID del programador, datos que muchos usuarios comparten en redes sociales y páginas web. De este modo, aparte de probar los videojuegos de otros, es posible inspirarse y aprender de otras creaciones o incluso copiar, modificar o mejorar sus ideas.
Otros títulos que han explotado el filón de la creatividad

WarioWare: Do It Yourself demostró en Nintendo DS que sus breves microjuegos no tienen nada de sencillos cuando los tienes que diseñar tú.

En 2008, Sony inauguró en PS3 Little Big Planet bajo el eslogan "Jugar, crear, compartir". Se trata de una plataforma en la que el jugador puede crear las fases.

Super Mario Maker 2, un hacedor de niveles al estilo Super Mario, con sus característicos enemigos, ítems y escenarios. El primero salió en Wii U y este, en Nintendo Switch.

Dreams es una herramienta semiprofesional para crear videojuegos en PS4 y PS5. Tiene un modo historia a modo de tutorial y permite elaborar contenidos en VR.
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