Pueblos Blancos de Cádiz, ruta por el interior más bello y auténtico de la provincia

Casas y calles de Arcos de la Frontera.
Casas y calles de Arcos de la Frontera.
Jose Ignacio Soto
Casas y calles de Arcos de la Frontera.

A pesar de que Cádiz es conocidísima por sus playas, el interior de la provincia reúne motivos más que suficientes como para animarte a levantarte de la toalla unas horas. En el norte de la provincia encontramos la Sierra de Grazalema y sus Pueblos Blancos. Este sobrenombre hace referencia al color de la mayoría de sus casas, que desde hace siglos se encalan para protegerse del calor y también como método de desinfección. El otro color predominante es el verde, y es que, aunque pueda sorprender a bastantes, esta es la zona más lluviosa de la península. Y es este contraste el que crea uno de los paisajes más bonitos de Andalucía.

Aunque pueda sorprender a bastantes, la sierra gaditana de Grazalema es la zona más lluviosa de toda la Península Ibérica

La ruta la forman 19 municipios repartidos por toda la zona norte de Cádiz. Todos cumplen los requisitos de pueblo idílico y serían el lugar perfecto para perderse unos días y disfrutar de unas vacaciones al más puro estilo slow, pero para los que van con prisas o no disponen de tanto tiempo, aquí van algunos de los favoritos.

Acantilado sobre el río Guadalete en Arcos de la Frontera.
Acantilado sobre el río Guadalete en Arcos de la Frontera.
Jose Ignacio Soto

Arcos de la Frontera

Al estar situado más al oeste, más cerca de Jerez de la Frontera y de Cádiz, y contar con una buena carretera de acceso, se le considera la puerta de entrada a los Pueblos Blancos. Además, es el más grande de todos ellos. El pueblo está situado en la parte más alta de un profundo acantilado sobre el río Guadalete, por lo que las vistas desde sus miradores son espectaculares.

De su época musulmana quedó el trazado de las calles, muy estrechas, empinadas y con varios arcos que las cruzan para darle ese toque diferente y tan fotogénico. Entre las visitas no pueden faltar una al Castillo de los Duques (s. XV) y otra a la basílica de Santa María.

Plaza de Grazalema.
Plaza de Grazalema.
Guillermo Perales

Grazalema

Este pequeño pueblo está situado en lo más alto de la sierra que lleva su nombre. Está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España y es el punto de partida de muchos de los senderos que recorren la sierra. Además del encanto de sus calles tan bien cuidadas, Grazalema tiene un atractivo más: su famoso queso payoyo. Una exquisitez elaborada tan solo con el queso que se obtiene de las cabras de la zona.

Caballo andaluz con el pueblo de Olvera al fondo.
Caballo andaluz con el pueblo de Olvera al fondo.
Sabino Parente

Olvera

En este caso, lo que rodea a este pueblo son olivos, sin duda otro de los paisajes más característicos de Andalucía. Por eso Olvera es bonito por dentro y por fuera, ya que desde lejos la imagen de las torres de su iglesia y su castillo nos llaman a entrar y perdernos entre sus calles, muy empinadas, eso sí. Otro de los reclamos de Olvera es la Vía Verde, una maravillosa ruta declarada de interés turístico en Andalucía. Sigue el antiguo trazado ferroviario Jerez-Almargen y puede realizarse andando o en bici.

Turista en Setenil de las Bodegas.
Turista en Setenil de las Bodegas.
Getty Images/iStockphoto

Setenil de las Bodegas

Solo su nombre ya anima a ir. Y, una vez allí, nadie se arrepiente. En este caso, sus casas blancas no se ven desde lo lejos y destacan en el paisaje. Y el motivo es que muchas de sus casas están dentro de una cueva. Lo que comenzó como algo puramente defensivo hoy es uno de sus mayores atractivos. Muchas de estas casas-cueva se convirtieron después en bodegas, aprovechando sus condiciones naturales. Y hoy en día son animados restaurantes y bares en lo que se pueden degustar los platos más tradicionales a la sombra de una enorme roca.

Ubrique de noche, con la ermita de San Antonio iluminada.
Ubrique de noche, con la ermita de San Antonio iluminada.
Getty Images/iStockphoto

Y para terminar… Ubrique

Volvemos al centro de la Sierra de Grazalema para terminar esta ruta en Ubrique. Además de por pertenecer a la Ruta de los Pueblos Blancos, esta localidad es famosa por sus pieles. El trabajo artesanal del cuero ha pasado por muchas generaciones y hoy es uno de los negocios más activos. De hecho, muchas colecciones de grandes firmas del mundo de la moda han salido de este pequeño pueblo gaditano. Por eso el recuerdo que te llevarás a casa de este viaje está claro.

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