Este pequeño pueblo de la provincia de Girona, que se encuentra literalmente al borde de un precipicio, es uno de los lugares mas singulares de España. Su principal atractivo es su espectacular ubicación: en un riscal basáltico de más de 50 metros de altura por casi un kilómetro de longitud.
El pueblo mas pequeño
De tan solo un kilómetro cuadrado de extensión, Castellfullit de la Roca puede presumir de ser el pueblo más pequeño de Girona y el segundo de Cataluña. Pero además, es uno de los mas visitados de la zona, ya que se encuentra en pleno Pirineo catalán, en un entorno privilegiado donde las coladas de lava han diseñado una comarca de enorme belleza.
Un paseo por el casco histórico
Otro de los atractivos de este pueblo medieval es su casco histórico, de calles empedradas y casas construidas con piedras y rocas basalticas procedentes de las canteras de la región. La tranquilidad se respira en el ambiente, y eso que Castellfullit de la Roca es uno de los destinos mas turísticos de la Garrocha, debido a su singular emplazamiento y a las impresionantes vistas que ofrece.
La vieja iglesia y la nueva
En el casco antiguo, y al finalizar la Calle Mayor, se encuentra la Iglesia de Sant Salvador, antigua parroquia del pueblo con fachada de piedra que se conoce popularmente como la Iglesia Vieja. Desde su campanario se puede optener una bonita panorámica del paisaje y del casco antiguo. De un estilo distinto, y en la parte nueva del pueblo, se sitúa la iglesia actual, también denominada de Sant Salvador.
Los mejores miradores
A la derecha de la iglesia se encuentra un camino de piedra y bastante empinado que hay que recorrer si se quiere ver el pueblo en todo su esplendor, además de admirar el risco basáltico y descubrir cómo está formado Castellfollit. Aunque la bajada (y después subida) hacia el mirador del cingle es algo pronunciada, te animamos a que la realices porque realmente merece la pena. Por el camino se encuentra el antiguo puente sobre el rio Toronell y es en la pasarela que cruza el río Fluvià desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas del risco basáltico y del mirador Josep Pla.
Plaza de Josep Pla
Otro de los lugares imprescindibles por los que hay que pasar es la pequeña plaza de Josep Pla. Para llegar tendrás que recorrer el kilómetro que mide la pared sobre la que está encaramado el pueblo. Desde su mirador también tendrás unas bonitas vistas del valle, del Parque Volcánico de la Garrotxa y de las montañas que rodean la zona. Por cierto que el cementerio del pueblo se encontraba en esta plaza, hasta que en 1961 lo trasladaron a otro lugar.
En otra de las plazas, en la de Sant Roc, se encuentra la Torre del reloj, con un detalle que sorprende: las 4 horas están señalizadas con IIII, en lugar de IV, como corresponde a los números romanos. Y aunque pueda parecer un error, no lo es, ya que muchos relojes de la época lo marcan igual.
Cómo llegar
Castellfollit de la Roca está situado a unos 10 minutos en coche de Olot, por la A-26.
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