Cuando hablamos de las Islas Canarias, lo primero en lo que pensamos es en sus impresionantes playas y en su agua cristalina. Y cuando creemos que este paisaje no puede ser más idílico, piscinas naturales como el Charco Azul, en la isla de El Hierro, te teletransportarán a un rincón oculto que bien podría estar sacado de nuestra imaginación.
Localizado en el pueblo El Golfo, el Charco Azul se encuentra dominado por aguas turquesas y moldeado por las múltiples formas que dejó la lava, convirtiéndose así, en una visita casi obligada en la agenda de cualquier turista.
Un espacio natural virgen
El acceso a este trocito de paraíso natural se realiza a través de una larga escalinata de piedra, que finaliza en una pequeña cueva donde se comienza a escuchar el sonido envolvente de las olas. Cruzando el arco basáltico aparece la joya de la corona, una piscina natural virgen cuyas aguas son de un tono turquesa que por momentos parece irreal.
A pesar de que la zona de baño no ha sido tocada por la mano del hombre y requiere llevar calzado cómodo, la entrada ha sido acondicionada para que el acceso sea sencillo y esté adaptado para todo tipo de públicos. Además, cuenta con un solárium de madera para que la estancia de los visitantes sea más cómoda y agradable.
Por otro lado, cerca de la piscina natural, hay habilitado otro charco a cielo abierto con un acceso aún más preparado para aquellas personas que lo necesiten.
Cómo llegar al Charco Azul
Villa de Valverde, la capital de El Hierro, se encuentra a uno 20 kilómetros de este lugar único, con un trayecto de una duración aproximada de 23 minutos. Para llegar, solo hay que coger la carretera HI-5 y seguidamente la HI-550.
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