Los secretos del búnker de la Guerra Civil casi intacto de Madrid: tenía hospital y fue plató para Marisol y Raffaella Carrà

La entrada del búnker del Parque del Capricho.
La entrada del búnker del Parque del Capricho.
Discasto (Wikimedia Commons).
La entrada del búnker del Parque del Capricho.

Un hermoso jardín lleno de flores, fuentes, templetes y estatuas. Un ambiente relajado, que inspira naturaleza y arte. Hablamos del escondido Parque del Capricho, en el barrio de la Alameda de Osuna del distrito madrileño de Barajas. Podría parecer que entre tanta belleza no sería posible encontrar nada que nos evoque más que paz y tranquilidad. Pero rodeado de arbustos y parterres, un elemento contrasta fuertemente con el entorno: un antiguo búnker de la Guerra Civil.

El Jardín del Capricho fue construido entre los años 1787 y 1839 para los Duques de Osuna, de modo que en él también podemos encontrar su antigua residencia palaciega. El objetivo, crear un espacio inspirador para las personalidades más ilustres de la época. Y para ello se contó con los mejores y más prestigiosos artistas, jardineros y escenógrafos del momento.

Palacio de los Duques de Osuna.
Palacio de los Duques de Osuna.
Carlos Delgado / Wikimedia Commons

Pero los creadores de este magnífico jardín difícilmente hubieran imaginado que, un siglo después, este se convertiría en el escenario de una guerra.

La construcción del búnker

Con el comienzo de la Guerra Civil, en 1936, el Parque del Capricho se convierte en una sede de Socorro Rojo Internacional, es decir, “como la Cruz Roja, pero de la Internacional Comunista”, nos cuenta Álvaro Calvo, uno de los guías de Pasea Madrid, un programa de visitas gratuitas entre las que se incluye el búnker. De esta manera, el jardín pasa a ser “una especie de casa hogar infantil para poder albergar unos 100 niños, sobre todo, hijos de obreros o de los héroes de la Guerra Civil”.

Este proyecto no tuvo mucho recorrido, ya que se vio rápidamente frustrado cuando el parque se convirtió en una base de tanques soviéticos que llegaron a España “comandados por la URSS para socorrer al Gobierno de la República”, explica Calvo.

Parque de El Capricho.
Parque de El Capricho.
Diario de Madrid / Wikimedia Commons

Posteriormente, en el año 1937, se construye allí el búnker, que empieza a alojar el Cuartel General del Ejército Republicano del Centro hasta el final del conflicto y pasa a llamarse Posición Jaca como nombre en clave. Se trata de un espacio subterráneo de 330 metros cuadrados que se adentra en la tierra hasta los 15 metros de profundidad.

La elección de este idílico jardín para albergar el búnker no fue trivial, sino que se escogió por ser lejano al frente de batalla, “apartado de los bombardeos que se empiezan a producir por parte del ejército sublevado en Madrid”, detalla el guía. Además, a la vez cuenta con buenas comunicaciones, ya que, por ejemplo, está cerca del Aeropuerto de Barajas. Incluso, se aprovechó el arbolado del lugar como método de camuflaje.

La necesidad de construir un refugio subterráneo en esos momentos de la guerra era imperioso, ya que el uso de la aviación como arma tras la Primera Guerra Mundial obligó a replantear los métodos defensivos. De esta manera, fueron necesarios búnkeres antiaéreos como este en las zonas de retaguardia.

Una de las entradas del búnker de El Capricho.
Una de las entradas del búnker de El Capricho.
Ojoclic / Wikimedia Commons

En el interior del refugio

Concretamente, el búnker cuenta con siete dependencias, cuatro salidas al parque exterior y una galería de escape a la calle, exactamente a la actual Calle Alambra, que atraviesa el subsuelo del Palacio de los Duques de Osuna. En total, tenía capacidad para 200 personas y estaba planteado de modo que pudieran sobrevivir durante dos semanas.

Las diferentes salas del refugio tenían diversas funciones, desde hospital hasta sala de telégrafo, pasando por un cuarto de máquinas, una oficina o una sala de mando. Esto se puede observar en el suelo, ya que el patrón es diferente en cada habitación para que “en caso de poca visibilidad, un soldado, mirando el suelo, pueda orientarse y saber donde está”, señala Calvo.

En general, todo estaba detalladamente construido para resistir todo tipo de ataques aéreos, desde escaleras construidas en ángulos rectos y zigzag para así minimizar la onda expansiva de las explosiones hasta “un moderno sistema de ventilación en caso de un ataque químico”.

Drácula, Raffaella Carrà y Marisol

En un lugar como este caben muchas historias y curiosidades, y es que, por ejemplo, “los visitantes se sorprenden cuando les cuento que este búnker tiene que ver con Drácula, Raffaella Carrà y Marisol”, nos cuenta el guía. Después de la Guerra Civil, una sociedad inmobiliaria compró el parque e “intentaron ganar dinero rodando películas allí”.

De esta manera, aquí se filmó la película de Marisol ‘Un rayo de luz’, así como la protagonizada por Raffaella Carrà en 1969, ‘Comando al Infierno’, en la cual, según detalla Calvo, “podemos ver muy bien cómo era el refugio, porque se conservaba muy bien hasta ese momento”.

Interior del búnker de El Capricho.
Interior del búnker de El Capricho.
Jaime Lissavetzky / Flickr

Con el paso del tiempo, el búnker se fue deteriorando, sobre todo por culpa de rodajes como el de ‘El Gran amor del conde Drácula’, para el cual “se pintaron partes del refugio de negro para que pareciera más una cripta”. O el caso de ‘Shaft en África’, en cuya filmación “estrellaron un coche en las escaleras principales del refugio”. De este modo, gran parte del deterioro del parque “está más causado por los rodajes que por la guerra”, nos revela el guía.

'Pasea Madrid'

Para los más curiosos, los que quieran ver el búnker con sus propios ojos y vivir la historia del conflicto civil en primera persona, la Dirección General de Patrimonio Cultural de Madrid organiza el programa de visitas guiadas 'Pasea Madrid'. Se trata de una serie de recorridos gratuitos por la capital con el objetivo de dar a conocer el importante patrimonio histórico con el que cuenta Madrid.

Entre sus visitas guiadas encontramos la del búnker de El Capricho, que podrá visitarse todos los domingos por la mañana del 8 de mayo al 26 de junio. Cada día se harán cuatro turnos de visitas entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde en sesiones de una hora cada una.

Templete del Parque de El Capricho.
Templete del Parque de El Capricho.
Viviendo Madrid / Wikimedia Commons

Los grupos serán de 20 personas y hay que tener en cuenta ciertas consideraciones, como que no es una visita recomendada para menores de 14 años ni para personas que sufran claustrofobia. Además, para acceder al búnker hay que bajar unas escaleras de 12 metros con 57 peldaños, con lo que se recomienda calzado cómodo y tener la condición física para sortear el obstáculo.

Para poder realizar esta fascinante visita es necesario reservar plaza, lo cual se puede hacer de forma totalmente gratuita en la página web habilitada para ello. Ahí también se pueden consultar el resto de los recorridos que se ofrecen, entre los que encontramos rutas por las Casas Consistoriales en la Plaza de la Villa; los Jardines del Buen Retiro; el Paseo del Prado; el Frontón Beti Jai; la Capilla de San Isidro, la iglesia de San Andrés y el Museo de San Isidro, y la Colegiata de San Isidro y la Capilla de la Cuadra.

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