El castillo medieval de Portugal convertido en un increíble hotel

En este alojamiento nos sentiremos como reyes, durmiendo en alguna de sus habitaciones situadas en los torreones. A la experiencia se suma el poder visitar un pueblo tan pintoresco como Óbidos.
Óbidos.
Óbidos.
iStock
Óbidos.

Fachadas blancas, tejados rojizos y una enorme extensión vegetación alrededor, todo ello coronado por un castillo medieval. Podríamos estar describiendo a muchos pueblos de Portugal, sin embargo, el de Óbidos tiene algo que lo diferencia, y es que los visitantes podrán dormir dentro de su increíble fortaleza.

Esta construcción medieval acoge ahora un lujoso hotel, la Pousada do Castelo de Óbidos, que nos hará viajar en el tiempo y sentirnos un miembro más de la realeza de la Edad Media.

Arquitectura gótica, renacentista y barroca

La ubicación de Óbidos sobre un cerro y muy cerca de la costa atlántica convirtió el lugar en un enclave de gran importancia estratégica. Aunque ya estuvo habitado antes de la llegada de los romanos a la península, fueron estos quienes le dieron su nombre, que deriva de 'oppidum', es decir, ciudad fortificada.

Óbidos, Portugal
Óbidos, Portugal
William Perry / istock

Pero fue a partir del siglo XIII cuando el pueblo vivió su verdadero esplendor. El rey Dionisio se la regaló a su mujer y con el paso de las generaciones esta pequeña población fue mejorando cada vez más. Esto nos ha dejado a día de hoy con una hermosa villa de calles empedradas, fachadas blancas con detales amarillos y azules, balcones con flores y una arquitectura que combina los estilos gótico, renacentista y barroco.

Una verdadera experiencia medieval

En el horizonte del pueblo, rodeado de murallas, destaca su imponente castillo, rehabilitado y ampliado a lo largo de los siglos. Y lo más curioso es que podemos dormir en su interior, ya que se ha reconvertido en un lujoso hotel, la Pousada do Castelo de Óbidos, que nos brinda la oportunidad de vivir una verdadera experiencia medieval.

La fortaleza dispone de varios espacios comunes, como el restaurante de comida local, el bar y una terraza con impresionantes vistas. Asimismo, cuenta con siete habitaciones: tres suites en los torreones y otras cinco de más pequeñas dimensiones.

Conquistado y consolidado en el reino por D. Sancho I durante la Reconquista, el conjunto del castillo de Óbidos está protegido como Monumento Nacional, e incluso está integrado en la red de Pousadas de Portugal. Durante unos 500 años, la villa de Óbidos formaba tradicionalmente parte de la dote ofrecida a las reinas consortes del país.
Castillo de Óbidos
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Además, entre sus laberínticas calles y sus pequeñas plazas, encontramos edificios religiosos igual de interesantes como la iglesia de Santa María, de la Misericordia o de San Pedro. Y si vamos más allá de sus muros, podremos visitar el acueducto y el Santuario del Señor Jesús da Pedra.

Un día de playa

Al estar tan cerca del mar, pasar el día en alguna de las playas de la zona es otra de las opciones de ocio que nos brinda Óbidos. Por ejemplo, la praia del Rei es un amplio arenal de ambiente tranquilo y aguas cristalinas, mientras que las praias de Bom Succeso y Foz do Arelho se encuentran una a cada lado de la bonita Laguna de Óbidos, justo donde sus aguas desembocan en el Atlántico.

Laguna de Óbidos.
Laguna de Óbidos.
john copland

Cómo llegar a Óbidos

Óbidos se encuentra a pocos kilómetros de Lisboa, a tan solo una hora por la A8. Por otro lado, si queremos visitar el pueblo desde España, la ciudad más cercana es Badajoz, con un trayecto de 3 horas también por la A6. 

Qué ver cerca de Óbidos

Muy cerca de Óbidos encontramos otras localidades igual de bonitas y que también merecen una visita. Es el caso de Caldas da Rainha, el destino perfecto para el turismo termal. Su origen se remonta a un hospital que la reina D. Leonor mandó a construir en el lugar por las propiedades curativas de sus aguas y que a día de hoy se ha convertido en balneario.

Caldas da Rainha.
Caldas da Rainha.
AnaMOMarques / iStock

También a pocos kilómetros se encuentra Peniche, con su historia siempre ligada al mar. Además de conocer su bonito centro histórico, debemos caminar por su paseo marítimo, relajarnos en las playas de las bahías de Consolação y de Baleal y practicar surf en la playa de Medão Grande.

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