El misterioso pueblo catalán sumergido bajo el agua

Existe un pueblo catalán que 'se ahogó' literalmente tras la abertura de un embalse. Este hizo que el pueblo se inundara por completo. Fue durante 1949 cuando se empezó a construir el pantano que encontramos actualmente y que  abarca unos 17 Km de largo y un ancho máximo de 3 Km. Con motivo de la realización de esta infraestructura, el pueblo de Sant Romá de Sau quedó bajo el agua, pero jamás fue olvidado. 

Se encuentra dentro del municipio español de Vilanova de Sau, en la provincia de Barcelona. Si nos acercamos hasta él, lo único que se mantiene en pie es su iglesia de estilo románico lombardo del siglo XI, que cuenta con una sola nave orientada de levante a poniente con ábside y arcos lombardos a la banda norte. En ella, podemos observar también un campanario de tres pisos con ventanas geminadas de capitel, horquillas lombardas y dientes de sierra. Fue a finales del siglo XIX cuando  se cambió la orientación del templo, derribando completamente el ábside y modificando la fachada trasera.

¿Cómo llegar a Sant Romà de Sau?

Desde Barcelona, la distancia en coche es de unos 102 km, 1 hora y media aproximadamente. Deberás tomar la B-10 en Sant Adrià de Besòs desde Gran Vía de les Corts Catalanes, C-31 y Salida 209. Después, la C-33 hacia la N-141d donde continuarás hasta llegar a este curioso pueblo en la localidad catalana. 

¿Qué podemos visitar a su alrededor?

Uno de los lugares más destacados es el pueblo de Vic. Este pueblo situado dentro de la comarca de Osona, cuenta con numerosos atractivos que tras tu paso por Sant Romà de Sau, no debes dejar escapar. Sin duda, su patrimonio de origen medieval, es lo primero que nos entra por los ojos. Con un centro histórico con numerosas muestras de estilos arquitectónicos, podemos ver edificios modernistas. También, su templo romano del siglo I es otro de los principales imprescindibles.

Puente de Queralt

El Museo Episcopal es uno de los más importantes de Europa por su gran colección de obras de arte medieval, tanto románicas como góticas. Sin olvidarnos del Puente de Queralt de estilo románico y construido en el siglo XI por el que había que cruzar hasta 1274 para entrar a Vic desde Barcelona. En cuanto a su gastronomía, en Vic podemos destacar productos extraídos del cerdo, en concreto, su delicioso salchichón y por el fuet.