La playa fluvial debajo de un puente medieval del siglo XIV

Puente de Llierca.
Puente de Llierca.
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Puente de Llierca.

Una de las formas más curiosas para huir del abrasador calor del verano es nadar en una refrescante playa fluvial con un puente del siglo XIV sobre nuestras cabezas. Esta experiencia es posible en la comarca de La Garrotxa, en Girona. Esta construcción medieval cruza el río Llierca entre la zona de Sadernes y el pueblo de Tortellà y nos regala uno de los puntos más populares y fotografiados de la zona.

Un puente comercial

El puente de Llierca, también conocido como puente de Sadernes, fue levantado bajo un estilo románico entre los años 1345 y 1346. Tiene 28 metros de altura, un ancho de 3 metros y una longitud de 52 metros, todo ello con la piedra nummulítica como material principal. Cuenta con un solo arco de medio punto y una barandilla de piedra maciza que lo recorre a cada uno de los lados.

Puente de Llierca.
Puente de Llierca.
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Fueron los Malart, barones de Sales, los encargados de levantarlo, y desde un inicio se utilizó con fines comerciales. Incluso se cobraba un peaje a quienes quisieran cruzarlo llevando consigo mercancías o ganado. El puente comunicaba las aldeas y casas de campo que se ubicaban en la vertiente oeste del río y de sus afluentes con Tortellà y Besalú.

Baños en el río y rutas de senderismo

Y acompañando a la larga historia del puente, bajo él podremos disfrutar de una idílica zona de baño creada por las aguas del río. Se trata de una poza natural de aguas limpias que nos regala la oportunidad perfecta para refrescarnos en estos meses de verano tan calurosos.

Puente de Llierca.
Puente de Llierca.
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Además, al encontrarse en una zona de exuberante naturaleza, también podremos acompañar el baño con alguna ruta de senderismo, como la que nos lleva a la Iglesia de Sant Grau d’Entrperes. Y por supuesto, debemos cruzar el puente para contemplar la playa fluvial y su entorno desde las alturas.

Cómo llegar a la playa fluvial del Puente de Llierca

El trayecto entre la ciudad de Girona y el puente es de 55 minutos por la C-66. Una vez allí, podremos dejar el coche en unos aparcamientos situados junto a la construcción medieval.

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